Ciudad de México, México.– La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, solicitó este lunes al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, revisar el caso del penal de Piedras Negras, en Coahuila, donde el cartel de los Zetas perpetró atrocidades durante el gobierno de Felipe Calderón y del entonces Gobernador Humberto Moreira.
Estos crímenes, que involucraron la desaparición y exterminio de familias completas, se han mantenido como uno de los episodios más oscuros de la violencia del narcotráfico en México.
Al ser cuestionada sobre la posibilidad de reabrir casos tan antiguos, la presidenta Sheinbaum aseguró que el Gobierno tiene el compromiso de esclarecer los hechos y hacer justicia.
“Lo revisamos, lo revisamos, le pedimos aquí al Fiscal que revise el caso de Piedras Negras”, declaró en una entrevista con el portal SinEmbargo.
Por su parte, el Fiscal General Alejandro Gertz Manero subrayó que, en efecto, los casos pueden ser retomados siempre y cuando no hayan prescrito y existan pruebas sólidas que respalden las denuncias.
“Si hay un delito, tiene que perseguirse”, afirmó Gertz Manero, señalando que las víctimas tienen el derecho a ser apoyadas en la búsqueda de justicia.
Montajes y pactos de silencio en el sexenio de Calderón
Durante su intervención, la presidenta Sheinbaum comentó que durante el sexenio de Calderón hubo prácticas de impunidad y encubrimiento.
“En el pasado había quizás dos palabras que explicaban lo que ocurría en el sexenio Calderón: montajes y pactos de silencio”, indicó Sheinbaum, refiriéndose a las políticas del gobierno de Calderón y el entonces Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
La mandataria destacó que uno de los aspectos más oscuros de ese periodo fue la relación de las autoridades con los Zetas, quienes operaban con total impunidad, incluso dentro de las cárceles del país, como el penal de Piedras Negras.
Los horrores del penal de Piedras Negras
El penal de Piedras Negras fue uno de los principales centros de exterminio habilitados por los Zetas durante 2010 y 2011, en los gobiernos de Calderón y Moreira.
Según el informe “El yugo Zeta. Norte de Coahuila 2010-2011” del Colegio de México (Colmex), los Zetas utilizaron el penal para ejecutar y desaparecer a cientos de personas, incluidas mujeres, niños y ancianos, en una serie de masacres que afectaron principalmente a familias completas, muchas de ellas inocentes.
Este centro penitenciario, junto con otros lugares en Coahuila, se convirtió en un punto neurálgico de una estrategia de exterminio por parte de los Zetas, que reunían a sus víctimas y las llevaban a estas instalaciones para torturarlas, asesinarlas y, posteriormente, incinerar sus cuerpos.
Los informes indican que las autoridades locales, tanto del Gobierno de Coahuila como del Gobierno federal, sabían del control absoluto que los Zetas tenían sobre el penal, pero no tomaron acciones efectivas para detenerlos.
A pesar de la magnitud de los crímenes, que involucraron el asesinato y la desaparición de cientos de personas, las autoridades de esa época, según los informes, permitieron que los Zetas continuaran operando dentro y fuera del sistema penitenciario. Los Zetas utilizaban no solo el penal, sino también otros lugares como terrenos baldíos y basureros cercanos para llevar a cabo sus crímenes.
El silencio de los medios y la falta de justicia
Aunque algunos reportes de medios independientes y periodistas de Estados Unidos, como Brandon Darby e Ildefonso Ortiz, documentaron estos horrores en 2016, los principales medios de comunicación internacionales, en su mayoría, ignoraron las atrocidades cometidas en Piedras Negras y Allende, Coahuila. A pesar de los esfuerzos por exponer la verdad, las autoridades de ese periodo no tomaron medidas para llevar a los responsables ante la justicia.
El informe de Colmex revela que el Gobierno de Humberto Moreira y el de Felipe Calderón estuvieron al tanto del dominio absoluto de los Zetas sobre el penal, pero no actuaron para poner fin a su control.
La corrupción y los pactos de silencio entre las autoridades y los criminales permitieron que esta situación se prolongara, resultando en una tragedia de grandes dimensiones para las familias de las víctimas.