CDMX, México.- Tras coronarse campeones de la Serie Mundial 2024 contra los Yankees, los Dodgers no han escatimado en asegurar talento estelar, pero su fórmula incluye pagos diferidos que marcarán su panorama financiero por décadas.

El contrato de cinco años y $182 millones firmado por el doble Cy Young, Blake Snell, incluye $66 millones en pagos diferidos que se desembolsarán entre 2035 y 2046. Además, su salario promedio de $31,4 millones impactará directamente en el cálculo del impuesto de lujo. Tommy Edman, pieza clave en la última temporada, renovó por cinco años y $74 millones, con $25 millones diferidos hasta 2044.
La estrategia de diferir pagos no es nueva para los Dodgers. Shohei Ohtani, Mookie Betts, Freddie Freeman, Will Smith y hasta el dominicano Teoscar Hernández se encuentran en la lista de jugadores que seguirán recibiendo salarios diferidos, incluso mucho después de finalizados sus contratos. Por ejemplo, Ohtani, con su histórico contrato de $700 millones, percibirá $680 millones entre 2034 y 2043.

Los pagos diferidos, aunque liberan recursos en el corto plazo, generan compromisos financieros a futuro que alcanzan cifras históricas en la MLB. Actualmente, las obligaciones de los Dodgers abarcan a ocho jugadores y reflejan su apuesta por el éxito inmediato, asegurando una base competitiva mientras gestionan el impacto del impuesto de lujo.
Los números detrás de los contratos:
Blake Snell: $66 millones diferidos hasta 2046.
Tommy Edman: $25 millones diferidos hasta 2044.
Shohei Ohtani: $680 millones diferidos hasta 2043.
Mookie Betts: $115 millones diferidos entre 2033 y 2044.
Freddie Freeman: $57 millones diferidos entre 2028 y 2040.
Will Smith: $50 millones diferidos entre 2034 y 2043.
Teoscar Hernández: $8.5 millones diferidos entre 2030 y 2039.
Justin Turner: $6 millones diferidos hasta 2026.

Un legado de campeonatos con costos a futuro
Con esta política de pagos diferidos, los Dodgers apuestan por el éxito presente mientras consolidan un futuro financiero que dependerá de ingresos constantes, el control del gasto y el rendimiento de las estrellas actuales. Sin embargo, estas obligaciones millonarias plantean interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo y el impacto en futuras negociaciones de agentes libres.