Ciudad de México, México.- La madrugada del martes, mientras el cantante Rubby Pérez interpretaba uno de sus temas más conocidos, el techo de la discoteca Jet Set se vino abajo.
La tragedia dejó más de 200 muertos, incluido el icónico merenguero, y abrió un debate urgente sobre la seguridad estructural en espacios públicos de República Dominicana.

La Jet Set, símbolo de la vida nocturna en Santo Domingo, funcionaba desde 1994 en un edificio de más de medio siglo de antigüedad, originalmente diseñado para ser un cine. Lo que parecía una celebración terminó convertida en una de las mayores tragedias del país en tiempos recientes.
¿Por qué colapsó el Jet Set?
Expertos en ingeniería coinciden en que el colapso fue causado por una sobrecarga en el techo, combinada con una deficiente planificación estructural y una casi inexistente fiscalización oficial.
“Imagina ponerte dos o tres fundas de cemento de 42.5 kilos sobre la cabeza… simplemente, tus piernas no te van a aguantar”, explica el profesor Persio Díaz, ingeniero civil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Desde las alturas, el dron de la policía muestra un gran agujero en el techo del local. En medio de los escombros, pueden verse restos de equipos de aire acondicionado y plantas eléctricas que, según expertos, pesaban toneladas y nunca debieron instalarse sobre una losa que ya estaba comprometida.
“El techo colapsó por su propio peso”, sentenció en redes sociales el arquitecto Garivalddy de Aza, al analizar la estructura. “No había columnas intermedias que ayudaran a distribuir la carga, ni laterales de refuerzo. Fue una losa enorme construida para otro propósito”.
Una tragedia que se pudo prever
Las advertencias no eran nuevas. En 2023, un incendio afectó las instalaciones tras el impacto de un rayo en la planta eléctrica. Aunque los bomberos declararon que la estructura no estaba comprometida, varios expertos coinciden ahora en que ese siniestro pudo haber deteriorado seriamente la resistencia del concreto.

“Cuando el fuego afecta una obra de ese tipo, el concreto pierde durabilidad, se vuelve frágil, como si fuera una mezcla débil”, explicó Díaz.
A esto se suma la humedad propia del clima costero de Santo Domingo, que acelera la corrosión de los aceros y agrava el debilitamiento estructural con el tiempo.
Una capacidad rebasada y sin vías de escape
Según información oficial, la discoteca tenía capacidad para unas 700 personas sentadas y 1,000 de pie. Sin embargo, testigos afirman que esa noche el aforo fue superado. Juan Villar González, expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, destacó que “faltaban rutas de escape, ventilación y puertas de emergencia”.
“Hubo una clara falta de planificación en el crecimiento del edificio”, añadió De Aza. La construcción fue adaptada y modificada con el paso de los años, pero sin una supervisión adecuada por parte de las autoridades.
“La supervisión ha sido mínima, casi inexistente”, lamentó Villar, quien propone crear una mesa de diálogo entre gobierno y especialistas para evitar que tragedias como esta se repitan.
Desesperación entre los familiares

En las afueras del local, aún acordonado por las autoridades, decenas de familiares buscaban noticias de sus seres queridos. Raúl Galván, de 58 años, esperaba noticias de su yerno Wilton “Patita”, de 40, quien había llegado al concierto en su auto, aún estacionado frente al local. “Estamos desesperados”, dijo a la AFP, acompañado de su hija Luz María.
Las redes sociales han amplificado el drama. Videos grabados minutos antes del colapso muestran una lluvia de polvo cayendo desde el techo y la confusión de los asistentes. En uno de los registros se escucha a un usuario comentar que “un pedazo de losa cayó”. Pocos segundos después, gritos, oscuridad y caos.