Pénjamo, Gto.- La región suroeste del estado se ha visto afectada durante los últimos años por un fenómeno que combina pobreza, contaminación y peligro. En Pénjamo, el nivel de pobreza desencadena acciones por grupos vulnerables que traen otros problemas.
En el municipio, la quema de neumáticos por indigentes y personas en situación vulnerable para extraer alambre y comercializarlo como fierro viejo es una constante, práctica que se ha convertido en una fuente constante de incendios y riesgos para la población y la infraestructura local.
Pénjamo afronta crisis entre pobreza y contaminación
En febrero de 2024, un incendio intencional en un tiradero clandestino de neumáticos en la comunidad San Rafael de Villaseñor movilizó a bomberos y cuerpos de emergencia. Se reportó la presencia de más de 50 neumáticos en llamas cerca de líneas de alta tensión, lo que implicó un riesgo elevado de propagación y daños eléctricos.
Según cuerpos de Bomberos en la región, los involucrados queman los neumáticos para obtener alambre que luego venden. Sin embargo, el retorno económico es mínimo, mientras que el daño al ambiente y la salud es considerable.
En muchos casos, el dinero recabado no se destina a necesidades básicas, sino a mantener adicciones, lo que agrava el ciclo de vulnerabilidad.
La quema de llantas genera una contaminación densa y tóxica en el aire, con potencial afectación a la salud de los habitantes cercanos.
Pero además, las llamas pueden salirse de control y afectar tendidos eléctricos, impedir la visibilidad en las carreteras por el humo, lo que podría derivar en accidentes o incluso propagarse a automóviles que se encuentren cerca.
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