Región Suroeste, Gto.- En la región suroeste del estado de Guanajuato, conformada por los municipios de Pénjamo, Abasolo, Cuerámaro y Huanímaro, la piscicultura ha tomado un papel protagónico en la economía local. El cultivo de peces, especialmente de especies como la tilapia, ha dejado de ser una actividad marginal para convertirse en un motor de desarrollo rural, generando empleo, seguridad alimentaria y nuevas oportunidades comerciales.

A lo largo del territorio se pueden observar decenas de estanques, muchos de ellos de iniciativa familiar o comunitaria, que se utilizan para la crianza de peces de engorda. Esta producción está orientada tanto al consumo local como a la venta a empresas dedicadas a la transformación y comercialización de alimentos. La creciente demanda de proteína animal más accesible y sostenible ha hecho que este tipo de acuacultura cobre mayor relevancia.

En Pénjamo se han consolidado proyectos piscícolas
En Pénjamo, por ejemplo, se han consolidado proyectos piscícolas que abastecen a mercados de municipios vecinos, mientras que en Abasolo, productores locales han empezado a tecnificar sus procesos para mejorar los rendimientos por ciclo. En Cuerámaro y Huanímaro, la actividad se ha fortalecido gracias al aprovechamiento de cuerpos de agua naturales y al apoyo de programas gubernamentales orientados al desarrollo agropecuario.
Además del impacto económico, la piscicultura también está contribuyendo a la diversificación productiva del campo, reduciendo la dependencia del monocultivo agrícola y ofreciendo una alternativa viable frente a los desafíos del cambio climático.
Con el impulso adecuado, esta actividad tiene el potencial de consolidarse como uno de los pilares del desarrollo sostenible en la región, fortaleciendo las economías locales y brindando alimentos frescos a bajo costo para miles de familias guanajuatenses.