“Es la visión que tiene mi secretario general y que comparten muchos compañeros. Estamos en el análisis de qué beneficios podemos tener al ir en coalición”.

Ruth Tiscareño Agoitia

La diputada local y dirigente priista agita el avispero al hablar del presunto incumplimiento del gobierno de Libia García de un acuerdo en el que hay una lista de militantes priistas que tendrían cargo en el actual gobierno del Nuevo Comienzo

Morena-Verde; PRI-PAN: lo que las elecciones une, lo separa el ejercicio del poder

Primero de Morena hacia el partido Verde y luego, mucho más sorprendente del PRI al PAN aunque más concretamente a la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo.

Los últimos días han sido pródigos en pronunciamientos públicos de un político morenista y varios priistas que expresan en diversos grados su decepción por los resultados de las coaliciones que pactaron en 2024 en Guanajuato.

David Martínez, coordinador de la bancada de Morena dijo que si por él fuera, su partido tendría que ir solo en 2027. Y tiene razón. Finalmente, el dirigente del partido del Verde Sergio Contreras ha sido congruente con el rechazo que siempre mostró antes de las elecciones a la posibilidad de una coalición con Morena en el terruño.

Si a alguien ha sido útil el Verde en lo que va de este sexenio y esta legislatura es al PAN y a la gobernadora en temas claves y puntuales. Hasta en un tema en el que el Verde había pintado su raya frente al PAN que es el de la despenalización del aborto, terminó siendo definitorio. Aunque haya sido con un voto de conciencia.

El problema aquí es que el Verde y Sergio Contreras han sacado provecho de los resultados de esa alianza que denostaron. Si fuera por sus resultados, podríamos dar como un hecho que en 2027 ya no estarán juntos en ninguna boleta pero la lógica de esos acuerdos es otra.

El análisis nacional global del reparto se impone a las realidades locales. Pero cada vez es más evidente que la verdadera lealtad de aliado del Verde es al PAN y a la gobernadora Libia Dennise García con quien Contreras tiene trato directo.

Pero lo que sorprendió en la semana fue la queja priista de que dudan en ratificar la coalición con el PAN en 2027, toda vez que la gobernadora no ha cumplido con la entrega de cargos a militantes del tricolor. La declaración fue de Ruth Tiscareño, diputada local y dirigente estatal.

Libia García atajó el obús con un pronunciamiento sacado del librito que nada aclaró. Que ese no fue el acuerdo, que en el PRI hay grandes liderazgos y que a nadie lo mueve un cargo. Pero el reclamo es genuino.

En el tricolor tienen una lista de militantes a la espera de un cargo y que eso lo tiene clarito, Alejandra Rivera, cercana colaboradora de la titular del ejecutivo quien estaría revisando de manera directa el tema y que es quien tendría más inquietos a los tricolores.

Una cosa es lo que se declara ante medios y otra que el tricolor se sienta realmente agraviado por el tema y por eso haya sacado el tema ahora.

La gobernadora se refirió a pregunta expresa de reporteros a David Mercado como un priista sumado al gobierno y que es parte de los acuerdos.

Hace unos meses, Ruth Tiscareño declaró que la secretaria de la Honestidad Arcelia González no era un nombramiento reconocido como un gesto de la gobernadora al PRI porque la irapuatense no era militante tricolor.

Se sabe que el lance provocó disgusto en Palacio de Gobierno que obligó a operar políticamente para limar asperezas entre la titular del ejecutivo y la lideresa priista.

Ya se imaginarán cómo se pusieron las cosas tras el nuevo pronunciamiento de Tiscareño. La verdad no peca pero incomoda.

Luis Ernesto Ayala: y su día más oscuro como coordinador

Hace 2 años, la bancada panista vivía una de sus jornadas más aciagas en la historia

De manera particular el entonces coordinador de la bancada panista Luis Ernesto Ayala tuvo que apechugar frente a los reclamos de algunos de sus legisladores (aunque otros se quedaron más inconformes) y aguantar cómo le remendaban la iniciativa que él mismo presentó sobre mejora regulatoria.

Memorable la estampa de Ayala Torres agazapado en su curul, aguantando los reclamos de las entonces diputadas Katya Soto, Noemí Márquez y Briseida Magdaleno porque el diputado leonés cedió a la petición que le hicieron algunos, entre otros, Martín López Camacho para volver a analizar el dictamen de la ley de diversidad sexual que batearon Soto y Magdaleno además de Melanie Murillo.

Y fue precisamente la silaoense la portadora de la petición para devolver a comisiones ese dictamen lo que sellaba un tremendo papelón del panismo en el Congreso, sobre todo evidenciando la pésima operación al interior de la bancada mayoritaria.

Un mes no había sido suficiente para operar dentro de la aplanadora panista el encono que ayer provocó un tema naturalmente sensible en el partido gobernante.

El 15 de mayo anterior, en la comisión de Derechos Humanos, las diputadas panistas doblegaron al morenista David Martínez con el dictamen en contra.

Martín López Camacho habría solicitado a Murillo, actual alcaldesa de Silao regresar el dictamen a la comisión mientras en tribuna Gerardo Fernández y David Martínez arremetían contra lo que llamaron “cerrazón” y “actitud discriminatoria” del blanquiazul .

Nadie del PAN subió a tribuna a defender su dictamen mientras que Gerardo Fernández y David Martínez tundían la resistencia panista.

Y vino el caos interno en el PAN. El secretario de la mesa directiva, Bricio Balderas pidió unos momentos para esperar el voto de los panistas que faltaban. Katya Soto y Cristina Márquez fueron las últimas que sufragaron y nunca aparecieron los votos de Víctor Zanella y de Briseida Magdaleno lo que era congruente con el resultado final de la votación: 0 votos a favor y 33 en contra.

Era la resistencia azul a aceptar realidades. Un viejo vicio que no ha sido erradicado.

DESDE LA TERCERA CUERDA

Habría que analizar las cosas en perspectiva. El reclamo del PRI por el presunto incumplimiento de un compromiso de campaña de cargos para los tricolores es en cierto sentido una apuesta a pescar en río revuelto.

El tricolor sabe que en un escenario en el que al PAN se le pueden cerrar los números aún más que en 2024 en las siguientes elecciones, la suma de sus aliados, se vuelve más necesaria, vital y determinante. Se trata de encarecer lo que pueda venir.

La gobernadora Libia Dennise García tiene varios frentes abiertos en la administración por algunos compromisos asumidos también al interior del PAN que ya le han llevado a emplearse a fondo en ciertos momentos.

Votos por ejemplo en el Congreso del estado de legisladores azules que amagaron con sufragar en sentido opuesto a su bancada porque no les cumplieron con ofrecimientos de cargos y empleo a sus familiares y allegados.

El coordinador Jorge Espadas ha tenido que operar y a veces le ha costado más con los de casa que con los de afuera.

La gobernadora ha podido sortear sus primeros 8 meses de gobierno con números favorables en materia de seguridad y la esperanza fundada de relanzamiento de macroproyectos como el Acueducto Solís y el Tren Rápido que parecían imposibles.

Su capacidad indudable de comunicar y operar directamente algunos asuntos le ha sacado a flote pero sus adversarios y aliados comentan que el esquema de organización del nuevo gobierno en el que se eliminó la figura de jefe de gabinete que asumió, según su propio dicho, la titular del ejecutivo estatal, se comienza a convertir en un problema.

Por razones naturales, la gobernadora Libia Dennise García, no puede estar en todo. El punto es que hoy se ha pasado del Charly Alcántara omnipotente del sexenio de Diego Sinhue Rodríguez que estaba en todo y que gobernaba hasta el partido a una administración estatal en la que cada dependencia se vuelve una isla y se extraña el hilo conductor, el eje que cohesione.

Por cierto, Alcántara sigue ahí, en la nómina estatal, con funciones acotadas, limitadas y un gobierno que no alcanza la sintonía mínima indispensable. Vaya paradojas.

LA DEL ESTRIBO…

Hace algunas semanas el diputado del PAN, Rolando Alcántar, reclamó que Morena, vía la presidenta de la comisión de Justicia del Congreso local, Eugenia García Oliveros ha privilegiado la agenda de género y de diversidad sexual y ha dejado de lado otros temas torales.

Y tiene razón. Ya nada es como antes. El PAN saca adelante sus causas en el pleno pero ya no manda en el monopolio de la agenda legislativa.