Salamanca, Gto. – A sus 20 años, Manuel Aguilar sueña con llegar a los grandes escenarios como intérprete de música ranchera. Su historia comenzó desde la infancia, cuando descubrió su pasión por el canto en el coro La Cantoría de la Casa de la Cultura. Hoy, con guitarra en mano y voz firme, canta en el Jardín Constitución, donde rinde homenaje a sus ídolos: José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.
Cada tarde, entre los sonidos del mariachi y el bullicio del centro, se escuchan melodías como Hermoso Cariño, Historia de un Amor, Camino de Guanajuato y La Media Vuelta. Algunos transeúntes siguen su camino, pero otros se detienen a escucharlo, a pedirle una canción o a dejarle unas monedas en señal de reconocimiento.
Manuel no solo interpreta música ranchera; también versiona baladas y les da un toque de mariachi, buscando así abrirse paso y atraer más públicos. “Las personas me preguntan si canto en fiestas y ya me contratan. Así voy avanzando”, dice con entusiasmo.
Aunque sabe que el camino en la música no es sencillo, se aferra a su sueño: convertirse en un artista profesional y compartir escenario con grandes voces. “Es difícil, más porque apenas voy empezando, pero creo que tampoco es imposible. Todos los grandes comenzaron desde abajo”, asegura.
El joven salmantino cuenta con el respaldo de su familia, amigos y del público que lo escucha. “Mi hermano también canta. Mi familia nos apoya mucho y la gente que se acerca, que te dice que qué bonita tu música, eso impulsa muchísimo. Es muy bonito”, confiesa.
Con fe, talento y perseverancia, Manuel Aguilar sigue buscando su lugar en la música mexicana, convencido de que su voz puede llegar lejos.
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