Luis Felipe Guerrero Agripino gusta de hablar de prestigio, es lo que defiende de la UG, la fachada, el esplendor que otros construyeron. Reprocha el ‘daño moral’ que argumenta los medios pretenden causar a la institución. Ese desprestigio y daño moral a la ‘máxima casa de estudios’ comenzaron desde el interior.

Las grandes instituciones requieren grandes líderes. La Universidad de Guanajuato es ejemplo de ello. La llamada ‘máxima casa de estudios’ de nuestro estado necesita que la encabece alguien capaz de defender e impulsar los valores que pregona. Desde 2015, año en que asumió la rectoría general Luis Felipe Guerrero Agripino, la solidez de la UG tambalea, presenta enormes grietas. Estrepitosas caídas en rankings internacionales, una verdadera epidemia de casos de acoso, presunto mal manejo de recursos, son los daños que ya le tocará a su sucesora o sucesor reparar.

Héroe ante las cámaras

Cuando un líder asume postura de héroe, centra la atención en él y su causa se difumina.

El pasado 8 de junio Luis Felipe Guerrero Agripino encabezó el contingente que ingresó sin permiso a las instalaciones de Periódico Correo. El motivo, exigir derecho de réplica a notas que sólo consignan datos avalados por organismos internacionales. Una de ellas, la SCImago Institutions Rankings (SIR), que reporta la caída de la UG entre instituciones de investigación, del puesto 2 mil 283 que mantenía en 2015, al 6 mil 088 en el presente año; un retroceso de 3 mil 265 lugares. El declive gradual se ha mantenido durante la gestión de Guerrero Agripino.

Una petición que pudo ejecutarse por diversas vías, virtuales incluso, se hizo de la dramática forma en que el rector eligió, se transmitió como un ‘reality show’ en las redes sociales de la UG, ¿con qué fin? Destacar al personaje, su compromiso con la universidad, exhibir que cuenta con el respaldo de administrativos, docentes y estudiantes.

Una aparición ‘triunfal’ semejante la atestiguamos a finales de abril de 2022, tras el asesinato de Ángel Yael, estudiante de agronomía, víctima de un elemento de la Guardia Nacional. Guerrero Agripino, vestido de blanco para uniformarse con los universitarios que hicieron un llamado de justicia, se presentó en los diversos homenajes al joven; pronunció acalorados discursos donde ofreció todo el apoyo a la familia y condenó la presencia del Ejército en las calles. Sin embargo, fue tachado de oportunista, un héroe incómodo, no solicitado. Y quizá estas acusaciones no hubieran tenido tanto peso, si la actitud del rector no contrastara con la que mostró a la misma comunidad estudiantil cuando les dio la espalda en diciembre de 2019.

La otra cara

El feminicidio de Ana Daniela, quien fuera alumna de biología experimental, detonó hace casi cuatro años el paro que ‘La colmena’ aprovechó para denunciar múltiples casos de acoso y abuso al interior de la UG. Los jóvenes exigieron cero impunidades, seguridad, y, sobre todo, diálogo con el rector general.

La respuesta no fue inmediata, ni la esperada. La propia institución difundió como posible causa de la muerte de Daniela el suicidio y se argumentó que ya no era estudiante de la UG. Cuando por fin Guerrero Agripino se presentó ante los manifestantes, no fue entre ovaciones ni porras, caminó entre una valla humana de indignación y silencio. El directivo se detenía a leer los carteles que los alumnos sostenían; en algunos aparecía su imagen con los ojos vendados, se le representaba ciego ante el caos que por fin salía a la luz.

Destaca que entre los nombres de presuntos acosadores se encontraba el de Rodrigo Nájera Trujillo, su titular de Comunicación Social, pieza clave en la reciente ‘toma’ de Periódico Correo.

¿Por qué en aquel entonces no vimos a un rector decidido, solidario con los jóvenes, ávido de réplica, de dar explicaciones? Su reacción (o falta de) contribuyó a su imagen de encubridor de un fenómeno que a la fecha continúa exhibiéndose en los diversos campus y escuelas de nivel superior de la Universidad de Guanajuato.

Tan es así, que la pregunta clave a los aspirantes a la rectoría general es ¿qué harán para erradicar los casos de acoso? Si en los últimos años se hubiera hecho algo al respecto, la cuestión ya no estaría vigente.

El precio del prestigio

Desde la manifestación de 2019 las abejas no dejan de zumbar. Los estudiantes ya no se quedan callados, sobre todo porque viven en carne propia las carencias, deficiencias e irregularidades en la UG.

Por eso, al enterarse del salario que percibe Luis Felipe Guerrero Agripino cuestionaron la administración de los recursos en la institución.

De acuerdo con el tabulador de la propia universidad, el rector gana 179 mil 851 pesos mensuales, más 25 mil 224 que recibe como investigador del Conacyt. El total, 205 mil 075 pesos, supera el sueldo del presidente de la República.

Este es sólo un factor por el que el alumnado ha considerado democratizar el proceso para elegir rector general.

La Universidad de Guanajuato es la primera opción para quienes no pueden costear una escuela privada. Aunque las colegiaturas son significativamente accesibles, el número de alumnos y recursos que aportan suma una fortuna. Cursos propedéuticos, exámenes extraordinarios, documentos de titulación, cartas de no adeudo en bibliotecas, son tan sólo entradas de dinero provenientes de los estudiantes. Instalaciones dignas y una educación de calidad, es lo menos que merecen. Al no contar con lo básico, es justo y lógico cuestionar la opulencia de directivos, empezando por el rector general.

Luis Felipe Guerrero Agripino gusta de hablar de prestigio, es lo que más defiende de la UG, la fachada, el esplendor que otros construyeron. Reprocha el ‘daño moral’ que argumenta los medios pretenden hacer a la institución. Ese desprestigio y daño moral a la ‘máxima casa de estudios’ comenzaron desde el interior, agentes externos sólo los han evidenciado.

LO SUPERFLUO: ‘La verdad os hará libres’ es un lema tomado del evangelio, un llamado a creer en un líder, en ese caso, Jesucristo.

LO PROFUNDO: ‘La verdad no peca, pero incomoda’, es un dicho que se acerca más a la realidad, al rector general de la UG.