Dos miembros de la familia Weinberg y un viejo socio, que por décadas fueron proveedores de servicios de seguridad multimillonarios para el gobierno de México, llegaron a un acuerdo con la Fiscalía General de la República para obtener el criterio de oportunidad y declarar sobre la corrupción política en este país. Los Weinberg han sido señalados como socios del ex secretario de Seguridad, Genaro García Luna, que junto con su esposa fue sentenciado la semana pasada a pagar en una corte de Miami casi dos mil 500 millones de dólares, como presuntos beneficiarios de operaciones fraudulentas con ellos. El caso, sin embargo, encierra una bomba nuclear: sobornos al expresidente Enrique Peña Nieto, y al ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Este proceso comenzó en 2020 con una investigación en la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada por peculado, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada en contra de 61 personas, que utilizó la Unidad de Inteligencia Financiera para presentar una demanda civil en Miami en septiembre de 2021. La demanda es un éxito para el gobierno.

La historia comienza cuando los Weinberg, Samuel y su hijo Alexis, preocupados que el cambio a un nuevo gobierno a fines de 2012 perjudicara sus contratos públicos, escucharon la recomendación de un amigo suyo de buscar en Miami a Jorge Fernández Moreno y a Adolfo del Cueto Arámburu, que dirigían en esa ciudad la casa de bolsa Bulltick, a la que meses antes del cambio de poder le revocaron la licencia para operar en la Bolsa Mexicana de Valores, por un error en sus controles de riesgos que provocó el colapso de la bolsa.

Los Weinberg y su socio Natan Wancier Taub, un ex capitán de la Fuerza Aérea israelí que fue quien los conectó con todo el conglomerado tecno-militar y de seguridad judío, así lo hicieron. Los tres declararon en Miami ante los ministerios públicos federales, casi verbatim, la misma historia. “Fernández Moreno y del Cueto Arámburu, nos señalaron que tenían conexiones importantes y acceso directo con la nueva administración de Enrique Peña Nieto”, dijeron. “Fernández Moreno mencionó tener contacto directo con el presidente Enrique Peña Nieto”.

Ellos no lo sabían, cuando menos en ese entonces, pero la relación de Fernández Moreno y Peña Nieto era muy cercana. La esposa del financiero, era muy cercana a la actriz Angélica Rivera y la acogió en su casa en Miami tras su primer divorcio. En ese periodo Peña Nieto empezó su noviazgo con ella y la visitaba en Miami, pasando largo tiempo con la pareja anfitriona de Rivera.

“Fernández Moreno”, agregaron los Weinberg y Wancier Taub, “nos solicitó que realizáramos un pago disfrazado de ‘contribución política’ de un millón de dólares para facilitar nuestros próximos negocios con la nueva administración federal de Peña Nieto. Nos aseguró que el mismo Peña Nieto sabría del paso. Este pago se realizó a finales de 2011 o comienzos de 2012 con el concepto de ‘contribución política’, mediante una transferencia directa a Fernández Moreno. En enero de 2013, Fernández Moreno nos informó por correo electrónico que se había reunido personalmente con el secretario Miguel Ángel Osorio Chong, y que ‘el proyecto sigue adelante’.”

Los Weinberg aseguraron que nunca se reunieron con Peña Nieto ni con Osorio Chong, pero confiaron en sus nuevos enlaces. Para que se facilitaran las cosas, acordaron fundar una nueva compañía Nunvav Technologies, Inc, S.A., que estaría asociada con Nunvav Technologies, de los Weinberg y Wancier Taub, y dos empresas en Bahamas, High Systems Ltd. y Old Fort Financial Ltd., donde también participaría un sujeto de nombre Robert Jensen, que no se detalla quién es o qué hacía. En febrero de 2014, Fernández Moreno y Del Cueto Arámburu, se quedaron con el 82.5% de la nueva empresa.

Los Weinberg y Weincer Taub declararon que la compra accionaria fue convenida con ellos a cambio de la obtención de nuevos contratos con el gobierno de Peña Nieto. “De nuestras conversaciones con Fernández Moreno y Del Cueto Arámburu entendimos que Peña Nieto, Osorio Chong y otros servidores públicos se beneficiarían de los pagos hechos (a sus nuevos socios)”. La realidad es que los contratos sí fueron cayendo, como lo habían prometido los financieros.

De mayo a noviembre de 2016, detallaron, “hicimos pagos por 19 millones 843 mil 950 dólares disfrazados de ‘contribuciones políticas’ a la organización Peña Nieto/Osorio Chong y su partido político, por medio de pagos hechos desde Barbados a varias empresas”. En sus declaraciones aparecen los nombres de nueve de ellas, pero en los anexos se detallan todavía más compañías utilizadas para estas transferencias.

Entre septiembre de 2015 y septiembre de 2016 realizaron otros pagos también disfrazados de “contribuciones políticas” a Peña Nieto, Osorio Chong y el PRI, mediante transacciones a empresas fachada a través de Vector Casa de Bolsa, fundada por Alfonso Romo, que fue jefe de Oficina del expresidente Andrés Manuel López Obrador, por poco más de 47 millones de dólares. “Los pagos que hicimos directamente a favor de la organización Peña Nieto/Osorio Chong sumaron por lo menos 99 millones 722 mil 755 dólares”, señalaron los Weinberg y Weincer Taub.

“Fernández Moreno y Del Cueto Aramburu afirmaron que los ingresos obtenidos fueron redistribuidos a funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto”, añadieron. “Entendíamos de Fernández Moreno y Del Cueto Aramburu que esto incluía al presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Por ser una actividad interna de esa administración y esos funcionarios, desconocemos los nombres de los demás beneficiarios. No participamos en reuniones con altos funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto”.

El acuerdo con la Fiscalía General de la República les garantizará la libertad, pero perderán prácticamente todas sus propiedades y deberán pagar un suma multimillonaria por reparación de daños. La mirada está ahora enfocada en Fernández Moreno y Del Cueto Arámburu que siguen en Miami y contra quienes se girará una orden de aprehensión y, eventualmente, un ofrecimiento de criterio de oportunidad, en donde la joya más preciada, incluso históricamente hablando, sería Peña Nieto.

Mañana: Los negocios de los Weinberg con García Luna.

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