Guanajuato, México.- En lo que va del año, tres ataques armados contra mujeres policías en el estado de Guanajuato han dejado no solo a las oficiales como víctimas, sino también a sus hijos, quienes han sido asesinados como consecuencias colaterales de estos hechos violentos.
El primer ataque se dio el 20 de febrero en Celaya donde una mujer policía municipal y su hija Lizbeth de 8 años fueron asesinadas a balazos por la mañana cuando se dirigían a la escuela.
El segundo ataque se dio el 13 septiembre en Tarimoro cuando un ataque a una vivienda en la comunidad de la Calera dejó sin vida a una mujer policía y a su hijo.
Mientras que el tercer ataque sucedió el pasado 3 diciembre en Abasolo cuando una policía de las FSPE y su hija menor de edad, fueron asesinadas a balazos mientras circulaban sobre la carretera estatal Pénjamo-Huanímaro.

Hijos de policías asesinados en ataques a sus padres en Guanajuato
Una mujer policía municipal y su hija de 8 años fueron asesinadas a balazos por la mañana cuando se dirigían a la escuela.
La ciudad de Celaya fue escenario del primer ataque registrado en 2024. Teresa Castro, una policía municipal de 31 años, y su hija Lizbeth Valentina, de apenas 8 años, fueron asesinadas cuando se dirigían a la escuela. Los hechos ocurrieron por la mañana, en el fraccionamiento Hacienda Natura, donde sujetos armados abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaban.
Al arribar elementos de Policía Municipal y paramédicos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya, localizaron un vehículo Volkswagen Bora en color blanco, impactado contra un poste y encima de la banqueta en cuyo interior se encontraban dos personas, una mujer de la cual se desconoce al momento la identidad, pero se supo era elemento de la policía municipal de servicio fijo de 31 años de edad en su día de descanso y una menor de edad de entre 6 y 7 años, con lesiones producidas por impactos de arma de fuego.
Luego de ser revisadas por paramédicos e intentar prestarle los primeros auxilios solo confirmaron que ya no presentaban signos vitales. Teresa, quien llevaba 8 años en la corporación, y su hija fueron despedidas con mariachi, lágrimas y una misa en la colonia Laureles.

Un ataque a una vivienda en la comunidad de la Calera dejó sin vida a una mujer policía y a su hijo.
En la comunidad La Calera, Tarimoro, María Teresa “N”, una oficial de la policía municipal fue asesinada junto a su hijo de 15 años. El ataque ocurrió en su vivienda, donde sujetos armados irrumpieron disparando contra las víctimas.
El incidente se registró sobre la calle de Hidalgo de dicha comunidad la en los últimos minutos del viernes, mientras María Teresa estaba en su día de descanso. La Fiscalía General del Estado investiga el doble homicidio, que ha dejado consternación en la comunidad.
En base a los indicios recabados en el sitio, se iniciaron las investigaciones en torno a este doble homicidio donde perdiera la vida un elemento de la Policía municipal de Tarimoro.

El tercer caso ocurrió en Abasolo, cuando Rosario, elemento de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE), fue atacada junto a su hija menor mientras circulaban por la carretera Pénjamo-Huanímaro.
El ataque ocurrió a plena luz del día, alrededor de las 17 horas de la tarde, cerca de la comunidad Varal de Cabrera, en una zona donde se ubican varias viviendas, pero también varios establecimientos comerciales.
Los agresores lograron escapar tras disparar contra el vehículo, dejando a Rosario sin vida en el asiento del conductor y a su hija tendida fuera del automóvil. En el lugar fue localizado un vehículo sedán de color gris que presentaba impactos de proyectil de arma de fuego en los costados y en la parte frontal.
Varios casquillos percutidos de proyectil de arma de fuego fueron recuperados por las autoridades ministeriales en escena del crimen. Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado no ha emitido información oficial al respecto.
La Secretaría de Seguridad y Paz del Estado de Guanajuato condenó el ataque más reciente en un comunicado, destacando la necesidad de justicia para las víctimas. Sin embargo, el aumento de la violencia contra agentes policiales y sus familias subraya la grave situación de seguridad que enfrenta el estado.
Estos hechos han provocado indignación y llamado la atención sobre la urgente necesidad de medidas para proteger no solo a los elementos de seguridad, sino también a sus seres queridos, quienes lamentablemente se han convertido en objetivos indirectos de la violencia.
Las investigaciones continúan en los tres casos, mientras familias y compañeros claman por justicia y seguridad en Guanajuato.
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