Yuriria, Gto.– Alumnos del segundo semestre de la carrera de Técnico Agropecuario del CBTA 113 (Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario), ubicado en la comunidad de Parangarico, salen a pie a la carretera federal Valle de Santiago–Yuriria para vender sandías y jitomate que ellos mismos producen. El objetivo: reunir fondos para dar mantenimiento a su escuela y renovar el mobiliario.
Los jóvenes, entusiastas y al grito de “¡jitomate, jitomate!”, portan cartulinas con los precios: 3 kilos y medio por 50 pesos. Frente al entronque de acceso al CBTA 113, donde hay topes que obligan a los automovilistas a reducir la velocidad, muestran las bolsas con el producto para captar la atención de los conductores.
“Vendemos el jitomate que nosotros sembramos y cosechamos. Nosotros lo cuidamos, abonamos, preparamos la tierra… y ahora lo estamos vendiendo para apoyar a nuestro CBTA”, contó Norberto, uno de los alumnos.
Comentó que los productos se comercializan primero entre estudiantes y padres de familia. Cuando hay excedentes, los sacan a vender al público en general, como ahora. Las ganancias serán destinadas este año al mantenimiento de algunas áreas del plantel, así como a la compra de bancas y escritorios para los maestros.
La actividad está supervisada por el ingeniero Rubén Serrano Raya, docente del CBTA, quien explicó que esta venta es parte de las prácticas de la materia Producción de cultivos a cielo abierto. “Es jitomate bajo sistema de riego por goteo, con lombricomposta como fertilizante orgánico, y cultivado en macro túneles”, detalló.
Dijo que todo el jitomate producido se vende dentro del plantel. Sin embargo, cuando hay producción excedente —como en esta ocasión—, los estudiantes la comercializan a pie de carretera. “Las mamás y papás también nos compran. Ayer cosechamos sandía y se nos terminó el mismo día”, comentó.
La producción de jitomate se realiza en dos macro túneles, con solo seis surcos. Aun así, obtienen buena cantidad, gracias a las prácticas sostenibles que emplean.
“Usamos puro abono orgánico, incluido el lixiviado de la lombricomposta que producimos aquí mismo con lombriz roja californiana. Las sandías nos están saliendo muy dulces”, subrayó el ingeniero
Agregó que esta experiencia permite a los alumnos aprender el uso de abonos naturales y métodos agrícolas con menor impacto ambiental. “La idea es no depender de químicos”, apuntó.
Finalmente, Serrano Raya compartió que los estudiantes provienen de municipios como Yuriria, Uriangato y Moroleón. En sus 34 años como docente del CBTA 113, siempre han trabajado la tierra, aunque tradicionalmente la producción se vendía solo dentro del plantel. “Ayer teníamos como 100 bolsas de jitomate, de la variedad saladette, que es más durable para su comercialización… y ya se vendieron todas”, concluyó.
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