MEJOR. En términos generales, salieron mejor librados ayer el secretario de Gobierno Jorge Jiménez Lona y el de Seguridad Juan Mauro González quien llegó al Congreso, precedido por el anuncio de la detención del presunto delincuente apodado ‘Big Mama’, como le llaman ahora un importante generador de violencia en el estado que contaba con la protección según versiones extraoficiales de policías de diversas corporaciones.

CAMBIO QUE REFRESCA. El secretario de Seguridad todavía no deslumbra con resultados pero sí con una narrativa mucho más abierta y colaborativa con la Federación. No anda repartiendo culpas a diestra y siniestra y vive una fugaz luna de miel en el cargo que se acaba pronto.

SERENO. El secretario de Gobierno Jorge Jiménez Lona estuvo en su papel, discreto y sin mayores aspavientos.

UN FANTASMA LO PERSIGUE. Por la tarde, el de Salud Gabriel Cortés tuvo que aguantar candela con el tema aquel de la publicación en la revista Proceso que relataba de una irregularidad que se habría dado en la gestión del ahora secretario cuando era director del ISSSTE de León.

INDEFINICIÓN. Rosario Corona también fue puesta a prueba con la pregunta sobre el Fidesseg. Dijo que si lo extinguieron fue justamente para buscar transparencia aunque hoy tenga un conflicto jurídico con fundaciones afines a cámaras empresariales que ya no saben si entre el Nuevo Comienzo y ellos hay cariño o no hay cariño.

LA DEL ESTRIBO…

Se comunica David Martínez Mendizábal, coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local para aclararme que en sentido estricto, Morena no tiene adeudos por temas laborales. Todas las resoluciones adversas ya fueron liquidadas por el Congreso local y en Junta de Gobierno le hacen los descuentos respectivos a los dineros que le corresponden a la bancada.

“A quien debemos es al Congreso. No a los trabajadores. No quiero que se malinterprete que no cumplimos con obligaciones laborales”, me escribe. Servido.

 
 

DE ÁLVAR A JUAN MAURO: SOLO DESTACA LA DISTENSIÓN

Uno de los aspectos más saludables del primer día de glosa del informe de Libia Dennise García Muñoz Ledo ayer fue el fin del show de soberbia de Álvar Cabeza de Vaca, el exsecretario de Seguridad que había desgastado su figura y su narrativa en la medida que se deterioró la violencia en Guanajuato.

Después de años y años de glosas en las que Cabeza de Vaca acudía a atender cuestionamientos de los diputados y a recetar una serie de justificaciones sobre la falta de colaboración del la Sedena y de la Secretaría de Seguridad Federal en el combate a la delincuencia, ayer ya se vio otro tono aunque la realidad no ha cambiado mucho.

Y es que Álvar hablaba de la suma de esfuerzos pero destacaba que 9 de cada 10 detenciones la hacían las Fuerzas de Seguridad del Estado y solo una, las policías y la Guardia Nacional.

Ayer, el propio diputado de Morena Ernesto Millán Soberanes reconoció que por primera vez en muchos años interactuaban con un secretario que no privilegiaba las justificaciones y la repartición de culpas.

Era autosuficiencia y soberbia las que distinguían al execretario. Hace un año, Cabeza de Vaca quiso evadir las interpelaciones de Alma Alcaraz Hernández de Morena y Gerardo Fernández González, entonces diputados de Morena y Verde respectivamente.

Gerardo lo cuestionó sobre la fuente del dato de la disminución de homicidios dolosos en el comparativo de lo que iba de 2023 con el mismo período 2022. Dijo que los datos podían ser extraíbles del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad aunque unos días antes,en la mañanera de Palacio Nacional, citando la misma fuente, Guanajuato aparecía en el comparativo con un incremento del 7% al pasar de 477 a 511.

Cabeza de Vaca no aclaró mientras el presidente de la Junta, Luis Ernesto Ayala, a la sazón, moderador de la glosa, quedaba rebasado porque la interpelación tenía razón de ser y dejaba en evidencia, la pobreza del formato. Funcionarios que en su respuesta, se montan en un monólogo con la oportunidad de decir cualquier cosa sin oportunidad de revire.

El formato inservible se mantiene y no da para más. El relevo en seguridad permitió respirar un ambiente menos tenso aunque igual de preocupante porque la realidad no mejora.

 
 

¿QUIÉN QUIERE SACRIFICAR A ANTONIO NAVARRO?

Se puso raro el primer día de glosa de funcionarios estatales en el Congreso local con los coordinadores del Verde, Sergio Contreras y del PRI, Alejandro Arias en plan inusualmente rudo frente al Nuevo Comienzo.

Antes de que los morenistas abrieran fuego para cuestionar la inacción del gobierno estatal frente a los señalamientos en contra del subsecretario de Operación del Nuevo Comienzo, Antonio Navarro, los 2 arriba mencionados ya se habían puesto los guantes frente a la secretaria Rosario Corona, cuestionando porqué se mantenía en la administración este funcionario señalado por su presunta corresponsabilidad en contratos asignados por 84 millones cuando era director de Juventudes Guanajuato.

El priista Alejandro Arias hizo un cuestionamiento poco habitual en él cuando interactúa con funcionarios estatales al preguntar porqué si la mística de este gobierno alude a un nuevo comienzo mantiene a funcionarios que han sido señalados como partícipes de actos de corrupción.

Enseguida, el coordinador del Verde, Sergio Contreras fue más directo.

“Secretaria tiene trabajando en la secretaría del Nuevo Comienzo a un funcionario con graves acusaciones por  actos de corrupción como el secretario de Operación para el Desarrollo Humano, Me refiero a Antonio Navarro Padilla. ¿Por qué?”

¿Dónde nos tenían guardada esa versión suya tan echada para adelante este par de diputados que han sido mucho más colaboracionistas que contrapesos del gobierno del Nuevo Comienzo?

Y no lo hicieron frente a cualquier funcionario. Fue frente a la más cercana de las personas integrantes del gabinete a Libia Dennise García. Que después los morenistas Carlos Ramos y Ernesto Millán hayan armado su show con pancartas y toda la cosa, es normal. Es la marca de la casa.

La nota la dieron Contreras y Arias con un lance inesperado que se celebra porque es bueno verlos de vez en cuándo como contrapeso. Pero bien vale la pregunta de si en verdad incomodaron a Rosario Corona.

Los señalamientos a Antonio Navarro se dieron hace más de 2 meses. Hubo hasta una declaración de la secretaria de Honestidad, Arcelia González quien dijo que ya se había interpuesto una denuncia.

Si la gobernadora Libia García no lo quisiera en el gabinete, no habría esperado auditorías ni nada y lo hubiese cesado de manera fulminante. Una decisión de ese calibre la toma quien es titular del Ejecutivo no del o la secretaria en turno.

Acá parece que alguien le quiere mover el tapete a Navarro y no se trata de victimizarlo porque si sobrevive en la nómina gobierno del Nuevo Comienzo probablemente por los servicios prestados en campaña.

Rosario Corona contestó lo políticamente correcto para esos casos. Vaya usted a saber si a ella le perjudica o le beneficia tener a Antonio Navarro ahí.

 

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