En los últimos días, hemos podido apreciar que el peso mexicano se está valorando, no sólo frente al dólar, sino también frente al euro. El hecho de que nuestra moneda nacional haya quedado por debajo de la línea de flotación de los veinte pesos frente a la moneda estadounidense podría deberse a que el dólar está padeciendo las políticas del presidente Trump. Un reporte de Bank of America, difundido esta semana, volvió a poner sobre la mesa el tema de una posible sobrevaluación del peso mexicano, pero no frente al dólar sino frente al euro.

Y, con una vista superficial, podríamos estar de plácemes ya que según el reporte de esta institución bancaria la sobrevaluación frente al euro es de diez por ciento. No obstante, no hay que saltar de gusto tan pronto, espacialmente, dadas las condiciones macroeconómicas actuales.

Hay que poner atención ya que entre los factores que no están a favor del peso se encuentran: la desaceleración económica que atraviesa México, la posibilidad de un impuesto a las remesas y la expectativa de nuevos recortes en las tasas de referencia del Banco de México.

Al leer con cuidado el reporte bancario, se nos plantea el escenario de una mayor depreciación del dólar frente al euro. No hay sorpresas, ya que esto se ha generado como resultado de la incertidumbre financiera en Estados Unidos, dadas las ocurrencias de la administración Trump y particularmente por la futura discusión sobre el techo de la deuda y el impacto de los aranceles en la actividad económica. Pero también podría anticipar una depreciación simultánea del peso, tanto frente al dólar como frente al euro.

Lo que esto significa es que si el dólar pierde otro cinco por ciento frente al euro—por ejemplo—, bastaría con que el peso también perdiera cancha frente al dólar en las mismas dimensiones para que la caída acumulada frente al euro alcanzara alrededor del diez por ciento. Es en estos términos que hay un consenso entre los analistas que anticipa cierta debilidad del peso en los próximos meses. Aunque, por lo que se ve, tampoco habrá sorpresas ni sustos.

En opinión de Enrique Quintana, el curioso caso del peso super-poderoso ha generado errores e imprecisiones en muchos pronósticos. Hubo quienes pronosticaban una caída de del peso tras la llegada de Trump a la Casa Blanca y se equivocaron. Lo cierto es que, como toda apuesta cambiaria, la señalada en el reporte de Bank of America conlleva riesgos y puede tener imprecisiones. Ese el el mundo de los negocios.

Es posible que, a futuro, el tipo de cambio peso-euro suba de forma gradual y que el peso super-poderoso vea menguadas sus súper fortalezas. Asimismo, las tasas de interés en Europa se mantienen por debajo de las de Estados Unidos y, desde luego, de las de México, aunque las bolsas europeas han mostrado buen desempeño. El Euro Stoxx 50, por ejemplo, ha avanzado 11.7 por ciento en lo que va del año.

Dicho sea de paso, en este galimatías que poco se entiende, la Bolsa Mexicana de Valores está en máximos históricos. Parece que, mientras se mantengan las condiciones actuales, el peso podría seguir mostrando una fortaleza mayor a la prevista.

Pero, no hay que echar las campanas al vuelo. Los súper poderes del peso no son indestructibles y la fragilidad económica en México es una realidad. Hay que ser cautos. Ya que muchos expertos han cometido errores al tratar de evaluar la situación. Vivimos en una etapa de incertidumbre en la que no hay nada escrito.