“Las mujeres no deben ser estigmatizadas por grupos radicales que se pronuncian a favor de que se siga criminalizando a las mujeres”.
Ruth Tiscareño Agoitia
La diputada local priista y dirigente del tricolor en el estado hace unos meses, planteado su postura en torno a la despenalización del aborto. El punto es que su compañera Rocío Cervantes no piensa lo mismo y le podría dar el voto que necesita el PAN para que no se apruebe la despenalización del aborto

Los primeros siete meses de la actual legislatura nos han permitido distinguir 3 fenómenos en Guanajuato.
El primero es que la pérdida de la mayoría legislativa del PAN en el Congreso local ha cambiado la dinámica en el Congreso local. El segundo, que no necesariamente esa pérdida de mayoría le ha impedido al PAN aprobar asuntos que a su interés conviene y eso nos lleva al tercero: esa posibilidad de mantener avante su agenda, le ha obligado a Acción Nacional a ceder frente a la chiquillada política en el Congreso cuyos votos hoy, se cotizan alto.
En el PRI, sus tres votos en esta legislatura valen más que los cuatro con los que inició la anterior que luego se convirtieron en 3 tras la renuncia al partido de la ahora emecista Yulma Rocha.
No solo en cantidad sino en calidad, los dos votos de Movimiento Ciudadano valen y pesan más que el que tenía en la legislatura pasada con Dessiré Ángel Rocha además que Rodrigo González sí negocia y cede más de lo que hacían en su momento Ángel Rocha y la propia Yulma cuando se volvió diputada sin partido y de facto, de la bancada naranja.
Ni que decir del Verde que en temas locales, es casi un incondicional del PAN, fruto de la amistad personal entre los coordinadores Sergio Contreras y Jorge Espadas. Ese vínculo ha hecho añicos cualquier posibilidad de refrendar la alianza de la 4T (Verde-Morena) en Guanajuato salvo en asuntos federales.
Incluso, la diputada del PT, Carolina León ha votado con el PAN varios asuntos locales. Eso tiene su impacto en Morena cuyo coordinador David Martínez ha tenido que emplearse a fondo para mantener a su bancada como la única oposición permanente al blanquiazul gobernante en el estado.
David Martínez ha sido cauto y pese a lo obsceno que en ocasiones llega a ser la cercanía del Verde con el PAN, no se ha quejado como tampoco lo han hecho en lo general el resto de la bancada. Los reclamos han venido de la dirigencia estatal.
En general, la novedad en Guanajuato es que frente a la polarización de PAN y Morena en los votos, el poder de las minorías ha crecido. Los blanquiazules tienen 17 votos y suelen bastar los 3 del PRI que es su aliado natural para sacar adelante reformas e iniciativas. Pero de forma natural, suele sumarse el Verde y eventualmente MC.
El problema para el PAN es cuando requiere mayoría calificada. La consiguió cuando sacó adelante en dos rondas el nombramiento de Gerardo Vázquez Alatriste. En realidad, los azules pueden estar tranquilos. Les va a costar más sumar a la chiquillada pero al final, como reza el dicho. Todo lo que tiene precio es barato.
DESDE LA TERCERA CUERDA
Y en ese tenor, conviene hacer un primer corte en torno a dos votaciones de temas polémicos que en principio podrían poner contra la pared a Acción Nacional pero que en una primera aproximación, probablemente pueda sortear sin problema aun cuando en ambos casos, el Verde, va ahora sí contra la postura del PAN.
En el caso de la despenalización del aborto, el coordinador de la bancada Alejandro Arias y Ruth Tiscareño, han dicho que no están a favor de la criminalización de la mujer en la interrupción del embarazo. Lo que declaró también es que su compañera Rocío Cervantes aún no se define y si no vota por la despenalización del aborto, el PAN tendría lo 18 votos que necesitan para que no pase la propuesta.
Los 11 de Morena (en el supuesto de que todos vayan en bloque) más los dos del PRI, los dos del Verde, los de Movimiento Ciudadano y la del PT, hacen 18. En manos del PRI estaría la despenalización del aborto con un voto de conciencia. Al PAN le basta con convencerla sin necesidad de negociar con el PRI.
Y en el caso de la iniciativa de corridas de toros sin sangre, impulsada por el Verde, la mayoría panista iría en contra salvo dos diputados o diputadas. Tendría el blanquiazul 15 votos y requeriría 3 más de la oposición de los cuales el PRI le daría dos porque Tiscareño y Cervantes son aficionadas a los toros mientras que Arias es indiferente.
Pero ojo, en Movimiento Ciudadano tampoco hay antitaurinos porque así lo dejó entrever Rodrigo González. La alcaldesa de Moroleón, Alma Sánchez es conocida también por su afición a los toros.
Aún, con Morena, PT, los dos del Verde y eventualmente uno del PRI, a la oposición no le alcanzaría para sacar adelante, “corridas sin sangre” y el PAN mantendría su balance favorable en iniciativas polémicas con una chiquillada que sabe sacar raja de las votaciones reñidas.
LA DEL ESTRIBO…
Ahora que se confirmó el arribo de Héctor Rodríguez Velázquez a la presidencia del Patronato de la Feria de León, apunte usted al empresario como una carta que puede mostrar la alcaldesa de León para precandidato a la alcaldía de León.
Vamos, si lo tiene como ajonjolí de todos los moles y hay quienes dicen que su gallo en el gabinete que es Allan León nomás no prende, no hay razón para descartar al exlíder de Coparmex. Ya entrados en el futurismo.

LUIS ERNESTO AYALA: CUANDO FUE DEL BRONX AZUL…
Hace un año, definidas las candidaturas del PAN a puestos de elección popular en Guanajuato y con la mayor tajada para el oficialismo que encabezaba Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, Luis Ernesto Ayala Torres a la sazón coordinador de la bancada panista en el Congreso local, anunciaba que su retiro de la política estaba cerca y que ya no estaría más en cargos públicos.
Apenas a seis meses de haber concluido su encargo como diputado, Ayala Torres entiende por qué el dicho de que más pronto cae un hablador que un cojo porque está más vivo que nunca.
No solo porque es presidente del consejo del Implan sino porque se mantiene activo sin cargo partidista en reuniones con exalcaldes, perfilando al PAN de los próximos años, ya sin el control del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, con un presidente estatal que ahora sí es un contrapeso y corrientes internas que hacen impredecible el futuro.
Ya no quiso ser reelecto como diputado y tuvo razón en esa decisión. Iba a ser uno más en una bancada compleja pero que es su ideal para lucir. En sentido estricto, Luis Ernesto siempre ha sido beneficiado por cargos y candidaturas del grupo en el poder aunque pareciera que juega en el bronx. Para formar parte de la disidencia, le ha faltado más arrojo.
El primero, en 2005 cuando quiso ser candidato a la gubernatura por el PAN y buscó competir frente a Javier Usabiaga y Juan Manuel Oliva. Luego, en 2010 cuando quiso ser un fiscalizador autónomo e implacable en el sexenio del propio Oliva para investigar presuntas irregularidades en el DIF estatal.
Quizá, hace siete años cuando Luis Ernesto Ayala Torres asumió el cargo de presidente municipal interino en el momento en que Héctor López Santillana, solicitó licencia al cargo para irse a campaña a buscar la reelección, mostró más agallas.
El alcalde interino de León decía que no llegaba solo a cuidar el changarro: decía que su objetivo era lograr “victorias rápidas” y que no iba a administrar solo los 80 días que gobernaría.
Y vimos a un Luis Ernesto echado para adelante. Que participaba en operativos nocturnos de seguridad, que estaba al tanto de lo que hacían los integrantes de su gabinete.
Un perfil que se agotó apenas terminó su corto período y regresó López Santillana. Un perfil que no le vimos en la secretaría de Gobierno ni como coordinador de la bancada panista en el Congreso local y presidente de la Junta de Gobierno.
Se alineó al grupo de Alejandra Gutiérrez y hoy tiene su recompensa. Con mayor competencia de Morena, veremos sí muestra más empaque.
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