Ciudad de México, México.– El Papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 a los 88 años, no solo fue el primer pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica, sino también un líder profundamente conectado con América Latina y, de manera especial, con México, el segundo país con mayor número de católicos en el mundo.

Desde el inicio de su pontificado en 2013, Francisco construyó una relación cálida y cercana con los pueblos hispanos, enviando constantes mensajes de aliento, justicia social y fe.
Sin embargo, fue México el país con el que desarrolló uno de sus vínculos más significativos, no solo por el número de fieles, sino por la riqueza simbólica que representa para el catolicismo.
La visita de 2016: un viaje pastoral lleno de símbolos y esperanza
Su única visita oficial a México se llevó a cabo del 12 al 17 de febrero de 2016, durante la cual recorrió varios estados del país con una agenda intensa y profundamente espiritual. El Papa Francisco fue recibido con entusiasmo y esperanza por millones de personas que vieron en su presencia un mensaje de consuelo y renovación.

Durante esos seis días, el pontífice visitó la Ciudad de México, Chiapas, Michoacán, el Estado de México y Chihuahua.
Cada una de estas escalas fue un gesto simbólico: en la Basílica de Guadalupe, honró a la Virgen Morena y pidió por la unidad del pueblo mexicano; en Chiapas, se reunió con comunidades indígenas, reconociendo su cultura y denunciando la marginación que han sufrido por siglos.
En Michoacán, alzó la voz contra la violencia, la pobreza y la corrupción, problemáticas que han marcado a la región, y en Chihuahua, cerró su gira con una misa multitudinaria en Ciudad Juárez, un lugar que simboliza los retos del país frente a la migración y la inseguridad.
Un Papa cercano, aunque sin regreso

Aunque no hubo una segunda visita oficial, el Papa Francisco nunca se alejó del pueblo mexicano. En múltiples ocasiones expresó su aprecio por el país y su gente, y se mantuvo atento a los acontecimientos nacionales.
En 2022, el entonces gobernador de Nuevo León, Samuel García, lo visitó en el Vaticano y le extendió una invitación para visitar su estado.
Francisco agradeció el gesto y expresó su deseo de volver a México, pero debido a las condiciones de salud que lo aquejaban en los últimos años, ese anhelo nunca se materializó.
Un legado que trasciende fronteras
Hoy, tras su fallecimiento, México recuerda al Papa Francisco no solo como un líder espiritual, sino como un aliado de los más desfavorecidos, un defensor de la dignidad humana y un mensajero de paz.
Su legado queda impregnado en los corazones de quienes lo escucharon, lo vieron de cerca o simplemente sintieron su presencia a través de sus palabras.
La historia recordará su visita de 2016 como un momento clave en la relación entre el Vaticano y México, y su vida como la de un pastor que supo hablar el idioma del pueblo con humildad, fe y valentía.