Acámbaro, Gto.- Hilario Flores González, hace más de 5 años, se dedicaba a realizar acabados de muebles, actividad que dejó de realizar por un accidente en un brazo. Poco tiempo después se contagió de COVID-19, lo que provocó que su estado de salud empeorara. Al ser el único sustento de su familia, su esposa Guadalupe Jiménez Aguilera comenzó a vender plantas fuera de su domicilio.

De la necesidad surgió la iniciativa de vender sus plantas. Comenzó a hacer plantitas individuales con algunas que tenía en su domicilio y otras que le regaló una vecina.

 
Guadalupe comenzó a hacer plantitas individuales con algunas que tenía en su domicilio y otras que le regaló una vecina. Foto: Lourdes Juárez

“Mi esposo era el sustento de nuestra familia, pero después del accidente y el COVID no había ingresos, por lo que comencé a vender las plantas fuera de mi domicilio. Al principio todas las ventas eran buenas, pero después de un tiempo la gente cercana dejó de comprar, así que decidí trasladar el pequeño negocio a la zona centro de Acámbaro”, comentó Guadalupe Jiménez.

A lo largo de los 5 años que lleva vendiendo sus plantas en el Atrio Parroquial, ha conseguido clientes que la buscan, sobre todo para comprar plantas aromáticas como ruda, yerbabuena, menta, entre otras. Además de plantas aromáticas, en su pequeño puesto vende cactus, suculentas y algunas flores. En temporada de diciembre compra nochebuenas para revender, con lo que obtiene un poco más de ingresos.

Hilario es el encargado de cuidar y separar los retoños de las diferentes plantas con las que cuenta el matrimonio. Como equipo, Guadalupe acude casi todos los días de la semana al Atrio Parroquial, donde sus clientes llegan principalmente a comprar plantas aromáticas.

La edad del matrimonio ya no les permite conseguir un trabajo con facilidad, por lo que con la venta de las plantas cubren los gastos diarios.

“Como todo negocio, hay días buenos y días en que las ventas no son muchas. En diciembre se vende un poco más con las nochebuenas o fechas como el 14 de febrero o el Día de las Madres con la venta de tulipanes. Estas últimas plantas las compramos en viveros para revender”.

 
La edad del matrimonio ya no les permite conseguir un trabajo con facilidad, por lo que con la venta de las plantas cubren los gastos diarios. Foto: Lourdes Juárez

Las personas que compran plantas a Guadalupe, después de un tiempo, regresan a adquirir más, ya que las plantas que adquieren con ella no se secan.

“Eso se debe a que mi esposo las cuida con mucho amor”.

La gente que desee adquirir una planta aromática o suculenta puede encontrarla con Guadalupe de lunes a jueves, en horario de 9:30 a 4:00 pm, en el Atrio Parroquial. Sus plantas tienen un costo de 25, 30 o 40 pesos, dependiendo del tamaño, y las aromáticas a 25 pesos.

 

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