Ciudad de México, México.- En el día 22 de protestas del magisterio nacional, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) incendiaron este jueves las instalaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en el Centro Histórico de la Ciudad de México, como parte de su exigencia por la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007. El hecho generó una rápida respuesta del Gobierno federal y de autoridades locales, quienes condenaron los actos vandálicos.
¿Qué pasó?
Desde las primeras horas del día, cientos de docentes provenientes de diversas secciones de la CNTE —entre ellas las secciones 9, 10, 11 y 60 de la Ciudad de México, 34 de Zacatecas y 3 de Baja California Sur— se movilizaron desde la estación del Metro Revolución con dirección a la sede de Pensionissste, sobre Insurgentes Norte, en espera de ser recibidos por el director del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama.
Poco después de las 10:00 horas, la protesta se extendió hasta las oficinas del SNTE, ubicadas en la calle República de Venezuela. En ese punto, el tono de la movilización se tornó más radical: manifestantes colocaron una manta con la frase “Cepeda traidor” y quemaron mobiliario y fotografías del líder sindical Alfonso Cepeda Salas, a quien acusan de ser un “títere del Estado”.
Minutos más tarde, columnas de humo comenzaron a salir del edificio sindical. Bomberos de la Ciudad de México arribaron al lugar alrededor de las 13:30 horas. Juan Manuel Pérez Cova, director del Heroico Cuerpo de Bomberos, detalló que “se trató de un incendio provocado por quema de basura y mobiliario en la planta baja del inmueble, actualmente desocupado”.
La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) informó que se evacuaron 25 personas de los alrededores como medida preventiva. Afortunadamente, no se registraron personas lesionadas y el fuego fue sofocado en su totalidad.
Ante los hechos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió un comunicado en el que “reprobó todo acto vandálico que atente contra edificios públicos y privados”, reiterando su llamado a mantener el diálogo como vía principal para resolver el conflicto.
La Secretaría de Gobernación (Segob), por su parte, condenó “enérgicamente” la violencia, y advirtió que “el daño a instalaciones públicas no genera soluciones, sino que retrasa el proceso de acuerdos y afecta a la comunidad educativa”.
La CNTE, sin embargo, defendió sus acciones como una “respuesta digna de una clase trabajadora que ha sido ignorada”, y acusó al gobierno de simular diálogo mientras reprime moralmente sus demandas. La organización también responsabilizó al SNTE de haber respaldado la reforma al sistema de pensiones que, desde su perspectiva, precarizó los derechos laborales del magisterio.
Horas antes, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo había llamado a la CNTE a deslindarse de los hechos violentos ocurridos el miércoles en la sede de la Secretaría de Gobernación, cuando un grupo encapuchado intentó irrumpir en el edificio de Bucareli lanzando objetos contra la entrada principal.
“¿Cómo es posible que haya una mesa de diálogo y de pronto un grupo, realmente pequeño, quiera reventarla a pedradas?”, cuestionó la mandataria.
Las protestas del magisterio cumplen ya más de tres semanas. Entre sus principales demandas están la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, el retorno al sistema solidario de pensiones, la eliminación de la Reforma Educativa impulsada por Enrique Peña Nieto, y que las pensiones sean calculadas en salarios mínimos y no con base en la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
Mientras tanto, el diálogo entre la CNTE y el Gobierno federal continúa tenso y sin señales claras de avance, en un contexto marcado por la escalada de movilizaciones y acciones de presión cada vez más radicalizadas.