Ciudad de México, México.– En un nuevo capítulo de la creciente guerra comercial entre China y Estados Unidos, Pekín acusó este miércoles 16 de abril a Washington de imponer aranceles “irracionales” y de utilizar los gravámenes como una herramienta política contra sus exportaciones.

De acuerdo con el Ministerio de Comercio chino, algunos productos del país asiático están siendo objeto de un “arancel acumulativo de hasta el 245 por ciento”, como resultado de una investigación estadounidense relacionada con minerales críticos y sus derivados, amparada en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.
“China ha observado que algunas de sus exportaciones a EE.UU. están ahora sujetas a aranceles acumulativos bajo diversos pretextos. Esto expone descaradamente cómo EE.UU. ha instrumentalizado y utilizado los aranceles con total irracionalidad”, declaró un portavoz del Ministerio en su sitio web oficial.
Aunque Pekín asegura que “ignorará estos juegos de números sin sentido”, también advirtió que tomará represalias si la Casa Blanca persiste en “infringir sustancialmente” sus intereses legítimos:
“China tomará contramedidas y continuará hasta el final”, sentenció.
Washington exige que China dé el primer paso

La respuesta del gigante asiático llega después de que la Casa Blanca afirmara que corresponde a China “dar el primer paso para llegar a un acuerdo arancelario”, en palabras de la portavoz Karoline Leavitt, quien aseguró que “la pelota está en el tejado de Pekín”.
El martes, la administración estadounidense reiteró que los aranceles forman parte de una política para proteger a la industria nacional de prácticas comerciales desleales, al tiempo que subrayó que aún hay margen para el diálogo.
Sin embargo, desde el Ministerio de Exteriores chino, el portavoz Lin Jian fue tajante:
“Es Estados Unidos quien empezó con los aranceles y China se ha limitado a tomar represalias para defender sus derechos e intereses. Si Washington quiere dialogar, debe hacerlo desde el respeto, sin amenazas ni chantajes”.
Golpe a Boeing: China cancela compras y evalúa apoyos a aerolíneas
Las tensiones comerciales ya se están traduciendo en efectos tangibles para algunas de las principales compañías estadounidenses. Este miércoles, el gobierno chino ordenó a sus aerolíneas suspender todas las compras de aviones fabricados por Boeing, en represalia por los nuevos aranceles estadounidenses.

Según información recogida por Bloomberg, China también ha instruido a las empresas a cesar cualquier adquisición de partes y componentes aeronáuticos procedentes de Estados Unidos.
La medida impacta directamente al fabricante Boeing, que en el primer trimestre del año entregó 18 aeronaves a aerolíneas chinas, en su mayoría del modelo 737 MAX.
Entre las aerolíneas afectadas se encuentran China Southern Airlines, Air China y Xiamen Airlines, quienes ya tienen una decena de aviones en preparación para ingresar a sus flotas. Algunos de ellos permanecen estacionados cerca de la base de Boeing en Seattle, mientras que otros están en un centro de acabado en Zhoushan, al este de China.
Pekín ha indicado que estudia mecanismos de apoyo para las aerolíneas que arriendan aviones Boeing, ante el posible aumento de los costos que esto pueda representar.
El trasfondo: un conflicto de larga data

La guerra comercial entre ambas potencias no es nueva. Se intensificó bajo la administración de Donald Trump en 2018, cuando se impusieron aranceles recíprocos a productos clave, y ha continuado durante su actual mandato.
Aunque Trump moderó su postura con otros países, aplicó tarifas mucho más agresivas contra China, a la que acusa de prácticas comerciales desleales.
Actualmente, Washington mantiene aranceles de hasta el 145% sobre ciertos productos chinos, mientras que Pekín ha elevado sus tarifas a productos estadounidenses hasta el 125%, y ha anunciado que aplicará la nueva tasa a partir del 12 de abril.
La designación de Li Chenggang como nuevo jefe negociador chino en sustitución de Wang Shouwen, quien lideró las conversaciones durante el primer mandato de Trump, evidencia un posible cambio de estrategia por parte del gobierno chino.