Ciudad de México, México.– Este martes, la violencia en la Franja de Gaza alcanzó niveles devastadores, luego de que el ejército israelí reanudara los bombardeos en violación del alto el fuego pactado en enero con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Según el último informe del Ministerio de Sanidad gazatí, alrededor de 404 palestinos perdieron la vida y más de 560 resultaron heridos debido a los ataques.

El número de víctimas sigue aumentando, ya que un número indeterminado de personas permanece bajo los escombros, lo que hace temer que el saldo final sea aún más alto.
El ataque se produce en medio de un contexto diplomático complicado, luego de que Hamás rechazara una prórroga de la primera fase del alto el fuego, que ya había expirado. Israel, por su parte, ha justificado los ataques como una respuesta a la negativa de Hamás de liberar rehenes y de aceptar las propuestas de mediación de Estados Unidos, uno de los principales actores en los intentos de alcanzar la paz. El Gobierno israelí insistió en que no tenía alternativa más que reanudar las operaciones militares.
La postura de Israel y la escalada de violencia

Gideon Saar, ministro de Exteriores de Israel, argumentó este martes que, a pesar de los esfuerzos diplomáticos, Israel no tuvo otra opción más que continuar con los ataques. En una conversación con Kaja Kallas, Alta Representante de Política Exterior de la UE, Saar subrayó que Israel había mostrado disposición para extender el alto el fuego temporal, pero que Hamás lo había rechazado en dos ocasiones.
“Sin la liberación de nuestros rehenes, Israel no tenía alternativa”, dijo Saar, quien también aseguró que los ataques se habían dirigido exclusivamente a “objetivos terroristas”, buscando minimizar las víctimas civiles, aunque las cifras de muertos siguen aumentando.
Esta afirmación, sin embargo, entra en contradicción con el informe de las autoridades de Gaza, que han confirmado más de 400 muertes como consecuencia de los bombardeos. Además, el gobierno gazatí acusó a Israel de no hacer esfuerzos por evitar las bajas civiles, al tiempo que denunciaron la destrucción de infraestructuras clave para la población.
Muerte de líderes de Hamás

En medio de la oleada de bombardeos, las autoridades de Gaza confirmaron la muerte de varios altos funcionarios de Hamás, incluido el jefe del Gobierno de Gaza, Isam al Dalis, y el titular del Ministerio del Interior, Mahmud Abú Uatfa.
Además, se reportó la muerte de otros altos funcionarios del gobierno gazatí y sus familias, quienes fueron alcanzados directamente por los ataques israelíes.
A pesar de estos asesinatos, las autoridades de Gaza han reafirmado su compromiso con la causa palestina, asegurando que la muerte de sus líderes no los disuadirá en su resistencia ante lo que describieron como una “bárbara agresión” de la ocupación israelí.
Un portavoz de Hamás destacó que continuarán trabajando para aumentar la resiliencia del pueblo palestino y defender sus derechos.
La respuesta internacional
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante la escalada de violencia. La UE, Estados Unidos y otros actores internacionales han instado tanto a Israel como a Hamás a retomar las conversaciones de paz, aunque las propuestas de mediación han sido rechazadas por ambos bandos en diversas ocasiones.
Washington, por su parte, ha presentado una nueva propuesta para prorrogar la primera fase del alto el fuego a cambio de la liberación de algunos rehenes, pero Hamás se ha mostrado inflexible en cuanto a sus demandas de que se respete el acuerdo original, lo que ha generado tensiones adicionales.
Desafíos humanitarios en Gaza

Además de la crisis humanitaria derivada de la violencia, la situación en Gaza se ha visto agravada por el corte de suministros esenciales, como la ayuda humanitaria y la electricidad.
A raíz de la negativa de Hamás a extender el alto el fuego, Israel ha decidido suspender la entrada de ayuda humanitaria y cortar el suministro eléctrico a la región, lo que ha dejado a millones de palestinos en una situación aún más precaria. Las autoridades de Gaza han advertido sobre las consecuencias desastrosas de estas acciones, que afectan principalmente a la población civil.
La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos y organismos de la ONU, ha expresado su preocupación por el empeoramiento de las condiciones de vida en Gaza y ha solicitado un alto al fuego inmediato, sin embargo, las conversaciones continúan estancadas.
Con la situación en Gaza deteriorándose rápidamente y las tensiones entre Israel y Hamás a su punto más álgido, el futuro del conflicto palestino-israelí sigue siendo incierto. A pesar de los intentos de mediación de actores internacionales, las dos partes continúan enfrentándose en una guerra sin cuartel, con la población civil de Gaza pagando el precio más alto.