1.- Bardas y contrabardas: la anarquía política
Estamos a un año de las elecciones de 2024. Los partidos ni siquiera han asignado géneros para sus candidaturas, mucho menos los procesos internos de designación, pero estos ya han invadido el paisaje urbano de Guanajuato con sus colores y consignas, pero sobre todo con sus personajes. Es en suma, la anarquía partidista anticipada.
Ante todo este concierto de adelantados, la principal duda es ¿dónde están los organismos electorales? Tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) ahora presidido por Guadalupe Taddei Zavala, como el Instituto Estatal Electoral de Guanajuato (IEEG) con Brenda Canchola Elizarraraz, parecen rebasados y vulnerados para actuar.
Así es. La pinta de bardas que se estilaba en pleno proceso de campañas, se adelantó casi un año y medio con la irrupción de las estructuras internas de Morena, apoyando a la que asumen como la candidata presidencial oficial, Claudia Sheinbaum Pardo. En el absurdo, ninguno admitió la autoría de la leyenda #EsClaudia.
Luego vino la reacción del PAN. Este partido tapizó las bardas que pudo con leyendas que no impulsan a un aspirante en específico, pero sí promueven su posicionamiento con mensajes que identifican la marca con Guanajuato. El dirigente estatal, Eduardo López Mares, lo justificó como un acto permitido no ilegal.
Enseguida, los grupos de apoyo del otro candidato presidencial de Morena, Marcelo Ebrard Casaubón, que primero mostraron indignación por la invasión de las bardas, recurrieron a la misma práctica implementando la leyenda #ConMarceloSí. A estas alturas, hasta su imagen ha sido incluida sin recato alguno.
Comenzó el rejuego de la interna en el PAN para definir su candidata a la gubernatura y tenemos bardas con las leyendas #EsLibia en referencia a la secretaria de desarrollo social y humano, Libia Dennise García Muñoz Ledo, y “Dale con todo”, en referencia a la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez Campos. Y no, ninguna admitió autoría.
Ahora la cantidad de personajes, aspirantes y pretendientes a un cargo de elección popular es indeterminado. Tanto del PAN como de Morena pululan las promociones extraoficiales y extralegales.
De manera que el gran tema sigue siendo la certeza legal de los procesos electorales. El escenario actual pareciera un retroceso, luego de haber contado con instituciones sólidas que en algún momento no dudaron en actuar para cerrar el paso a cualquier acción que oliera a un acto anticipado de campaña.
Ahora, el escenario parece difuso. Sumidos en defender su capacidad burocrática, la observancia sobre los partidos ha quedado de lado y eso se nota en una suerte de caos preelectoral en detrimento de nuestra democracia.
2.- UG: el encubrimiento como método
Una nueva denuncia ha dejado al descubierto las redes de protección que persisten en la Universidad de Guanajuato (UG), frente a violentadores de género que perfectamente pueden quedar impunes con el pequeño gran detalle de ser objeto del encubrimiento de los mandos superiores.
Tal vez por esa circunstancia, la ventanilla de UGénero ha sido el tema común entre los aspirantes a la rectoría general; percibida como una vía infructuosa sobre todo cuando se trata de casos de gravedad, que son capaces de cimbrar a la comunidad universitaria puertas adentro y hasta ahí.
Este nuevo caso implica a un profesor de danza clásica que ha cometido violencia psicológica y física en contra de sus estudiantes de la carrera de artes escénicas, que encontró protección por el simple hecho de pertenecer a la Asociación Sindical del Personal Académico y Administrativo de la Universidad de Guanajuato (Aspaaug).
Las agresiones cometidas por el profesor fueron escalando. En diciembre del año pasado, el profesor tomó por el cuello a una alumna con ambas manos y la aventó; se presentó la denuncia en UGénero y hasta una carta al rector general, Luis Felipe Guerrero Agripino, pero a la fecha no han tenido respuesta.
En su denuncia pública, las estudiantes agraviadas revelaron que también acudieron a la coordinadora de la Licenciatura de Artes Escénicas, Ariadna Aragón, quien sostuvo que si la intervención de UGénero “ella podía resolver los problemas ahí mismo”. Algo similar ocurre con Luis Flores, director del Departamento de Música y Artes Escénicas.
Entre todo esto, una principal responsable es la rectora del campus Guanajuato, Teresita Rendón Huerta, a quien le fue notificado el asunto vía la rectoría general. Esta, a su vez, habría solicitado toda la información a la directora de división, pero ahí se perdió el avance del asunto.
Aunque la indicación es el cese inmediato del profesor, este no se ha efectuado lo que derivó en una nueva denuncia pública, que parece ser el círculo infernal que se padece en la UG; las cosas avanzan hasta que se vuelven un escándalo público.
Para este lunes se esperan muchas explicaciones, sobre todo la que dé certeza al avance de otra grave denuncia que se presentó en UGénero, sin que esto signifique romper con la cadena de impunidad. Al final, las relaciones de empoderamiento son las que prevalecen en una universidad sin el andamiaje necesario para corregir su propia violencia.
3.- Cuatro policías asesinados: “un hecho aislado”
José Pedro González Casillas, Armando Olmos González, Diana Cecilia Zaragoza Espinoza y Erika Aleida Barragán, son los cuatro policías municipales de San Francisco del Rincón que fueron asesinados en un lapso de apenas seis meses. Todos estaban en su día de descanso.
Sin embargo, este escenario no le merece mayor análisis al alcalde Alejandro Antonio Marún González, quien atribuyó los hechos a un asunto nacional que en su municipio es un “hecho aislado”.
Esa fue básicamente la evasión del edil panista. Por supuesto, su postura vino acompañada de las acostumbradas condolencias, condenas y lamentaciones, así como la garantía de apoyo para las familias de los agentes y para la corporación. Palabras vanas que no van más allá de la reacción de los hechos.
Si hay un tema que prevalece con íntima responsabilidad local dentro de la violencia, ese es el de los cuerpos policiacos, pues se trata de un acecho del crimen que ha penetrado en las corporaciones, al grado de establecer verdaderas cacerías al margen de la operatividad de los elementos.
“Cómo policías corren un riesgo mayor; no es un tema que sea en contra de la policía, solo han sido temas aislados, sin embargo no hemos dejado de sentir dolor que nos han atacado”, dijo el edil ya en el extremo de su declaración.
Quizá lo peor, es que las palabras de Marún parecen ser la postura común entre los ediles de Guanajuato, que ven claramente este fenómeno delincuencial manifestarse de forma cada vez más descarada. Su apuesta, todo indica, es a normalizar la tragedia de la autoridad rebasada.
CONTRA RETRATO
Aldo Márquez Becerra
A todo mundo extrañó su regreso a una subsecretaría en la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedeshu) el año pasado, cuando apenas llevaba un año desempeñándose como diputado local. Pero sus planes estaban bien definidos, ahora se apunta como aspirante a la alcaldía de León.
Arropado en el cuarto de guerra del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, Aldo Márquez Becerra, se sabe en posibilidad de tomar la alternativa, aunque sus últimas declaraciones dejan una puerta abierta que podría cerrarse en cuanto se definan los géneros para las alcaldías.
Dentro de los planes del grupo oficialista, está el de cambiar el género para la candidatura a la presidencia municipal de León a hombre. Esta decisión derivó de la negativa de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos de desistir en su intento de contender por la candidatura a la gubernatura.
Aparentemente le estarían cerrando la puerta de la reelección a la edil, pero mantenerla abierta sigue siendo una posibilidad, a juzgar por las declaraciones de Aldo.
“Dependerá de muchos escenarios. Ale es una extraordinaria amiga, una mujer a la que le tengo muchísimo respeto, está haciendo un gran trabajo como alcaldesa. Será una decisión que tendrán que tomar ella, si participa o no en un proceso de elección consecutiva”, finalizó.
Así las cosas, tal parece que el ofrecimiento de “recapacitar” corre a cargo de quien pretende sucederle en esta o en la siguiente elección. Una postura de un joven político que cuenta con el beneplácito del grupo que hoy detenta el poder público y que pelea por tenerlo a nivel partidario.