‘Vive libre’, es el nombre de la manifestación organizada por empresarios de la tauromaquia, aficionados y toreros de Aguascalientes. La protesta, respaldada por el matador Arturo Macías, se llevará a cabo el miércoles. Al igual que en nuestro estado, el Partido Verde Ecologista del congreso hidrocálido propuso las corridas de toros sin violencia.

Y es que la Feria de San Marcos no puede quedarse sin una de sus más grandes atracciones. La relativa facilidad con que fue adoptada la propuesta en la Ciudad de México, y la resistencia con que se ha topado en entidades como Aguascalientes y Guanajuato, despierta genuinas dudas.

¿Sigue siendo la ‘Fiesta brava’ tan popular entre las masas, o sólo para unos cuantos, que defienden otro tipo de intereses más allá de la cultura?

¿Cultura para todos?

Las corridas de toros sin violencia implican, por ejemplo, la eliminación de objetos punzantes que dañen al animal. De igual forma, quedará prohibida la muerte del toro, será devuelto intacto y no podrá ser sacrificado. Ni hablar de mutilarlo y llevarse la oreja o el rabo sangrantes como souvenir.

El 18 de marzo la iniciativa se avaló en el Congreso de la CDMX con 61 votos a favor, solo uno en contra. En Guanajuato, el diputado Sergio Contreras anunció que el PVEM replicará la propuesta a nivel nacional, y ya topó con el primer obstáculo: el PAN.

Su compañero albiazul, Jorge Espadas, se manifestó a favor de la libertad del pueblo de elegir a qué espectáculos acudir, y en defensa de la cultura y las tradiciones.

Entre esas tradiciones, la de los panistas a impulsar la tauromaquia. En 2013 el gobernador Miguel Márquez declaró la tauromaquia “patrimonio cultural intangible”.

Pero no ha sido la ciudadanía la que lleve la voz cantante en la protesta en contra de la limitación a su libertad y el amor a la cultura, ha sido el sector empresarial. En Guanajuato hay 34 ganaderías dedicadas a criar toros de lidia.

En San Miguel de Allende el torero Francisco Martínez convocó a llenar la Plaza Oriente durante su gran presentación del Sábado de Gloria. En esta localidad se encuentra una de las ganaderías de toros bravos más antigua del país, San Diego de los Padres (1853), la otra es la Santín, en Jerécuaro (1835).

La tauromaquia está estrechamente ligada a la identidad de estos municipios, y otros la mantienen viva (como Salvatierra con la Marquesada, León con su Feria Taurina, Moroleón, Uriangato). Pero no tiene la misma aceptación en el resto de la entidad.  

Las corridas no alcanzaron popularidad a nivel nacional sino hasta el siglo XX, cuando se inauguró la Plaza México (1946). Pese a la historia del recinto, las corridas sin violencia fueron avaladas casi por unanimidad en el Congreso. Aunado a ello, una encuesta realizada por la agencia Enkoll para ‘El País’, determinó que el 72% de los capitalinos están en contra de la tauromaquia. Es un alto porcentaje que podría corresponder al del resto del país, recordemos que en los estados de Sonora, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y Sinaloa, está prohibida.

En el caso de Aguascalientes, seamos honestos, desde hace unos años los eventos taurinos de la Plaza San Marcos no son el corazón de la feria, sino los espectáculos musicales (que han incluido a Sting y Rod Stewart) y la oportunidad de consumir cantidades industriales de alcohol en sus instalaciones.

Si bien, es una manifestación cultural muy arraigada y hay toreros mexicanos que han trascendido en el extranjero, la ‘Fiesta brava’ está lejos de formar parte de la identidad nacional. Ni siquiera es una tradición a la que toda la población tenga acceso, los boletos cuestan arriba de los 400 pesos. La defensa de la tauromaquia a través de este argumento es cuestionable. Sobre todo, cuando artistas locales, bailarines, pintores, escritores, escultores, siguen lamentando la falta de apoyos gubernamentales a su obra, la falta de proyectos y políticas públicas que los hagan crecer y convertirse en parte de esa identidad que tanto pretenden defender nuestros legisladores.

¿Preocupación por los animales?

Las corridas de toros no enfrentan una prohibición total, simplemente adecuaciones para proteger a los involucrados. Continuarán, sin necesidad de torturar y asesinar a animales.

En las últimas décadas ha crecido la conciencia sobre cómo nos relacionamos con otras especies. Se han buscado a nivel legal sanciones significativas para el maltrato y la crueldad. A finales de 2024, se presentó en el Congreso local una iniciativa para que los animales sean reconocidos como ‘seres sintientes’. Podría parecer contradictorio que el mismo Congreso no avalara ahora una medida en contra de la crueldad.

Contradictorio, y hasta hipócrita, argumentan los taurinos, es muchos defensores de los toros continúen consumiendo carne o usando artículos de piel. Sin duda, el tema es polémico.

La controversia aumenta si recordamos lo que ya sucedió con otra iniciativa del Verde: la prohibición de animales en los circos (que en el estado, se logró en León). La mayoría de los ejemplares que fueron retirados del espectáculo, murieron en el abandono o fueron sacrificados.

Por supuesto que tiene todo el sentido promover una medida que evite el sufrimiento a un animal, pero hay que ver desde qué intereses se lanza la propuesta; si la intención es sólo seguir una tendencia por ganar adeptos, o si de verdad hay un plan de seguimiento (que claramente no hubo en el tema de los circos).

Pero a estas alturas el diálogo parece difícil cuantos los objetivos son difusos y tan distantes.

LO SUPERFLUO: Las corridas de toros sin violencia son un paso rumbo a la protección de los animales, la medida no atenta contra la cultura.

LO PROFUNDO: Aunque ese sea su fin principal, parece que algunos legisladores no lo están tomando en cuenta.

 

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