Acámbaro, Guanajuato.- En el marco del 81 aniversario de la construcción de la locomotora 296 “La Fidelita” y del 31 aniversario de su regreso a su lugar de origen, se realizaron actividades para conmemorar esta fecha tan importante para los ferrocarrileros y el pueblo de Acámbaro, ya que dicha locomotora fue construida en los talleres del municipio.

Las actividades iniciaron con un evento conmemorativo en el cual se contó con la participación de la escolta y la banda de guerra de la escuela secundaria “Elías Macotela García” (ESFA 1), quienes fueron los encargados de realizar el acto cívico.

Al término del acto, Claudia Silva Campos, presidenta municipal, indicó que los talleres del ferrocarril en Acámbaro fueron conocidos por su importante papel en la historia del ferrocarril en México. Fundados en 1888, comenzaron dando servicio de reparación y mantenimiento de locomotoras y equipo ferroviario, generando un importante crecimiento económico y poblacional para la ciudad, siendo en su momento la actividad económica más relevante de la región. Además, fueron los únicos talleres de América Latina en los que se construyeron locomotoras de vapor, como la 296, mejor conocida como “La Fidelita”. El ferrocarril en México ha jugado un papel crucial en el desarrollo económico del país, actuando como motor de progreso y modernización.

La alcaldesa resaltó que, en Acámbaro, “nos enorgullece que nuestra historia, a lo largo de casi 500 años de fundación, ha pasado por innumerables acontecimientos históricos, políticos y sociales. La llegada del ferrocarril ha dejado una huella imborrable y muy importante. Es una historia tan vasta que se puede conocer”.

Al término de la participación de Silva Campos, inició el acto cultural, en el cual Juda Álvarez Casas declamó una poesía en honor a “La Fidelita”. Además, el grupo de baile Maguadan y el grupo del Centro Gerontológico presentaron estampas musicales.

Rodrigo Daniel Hernández Medina, doctorante en el Centro de Estudios Históricos del Colegio de Michoacán, presentó algunos resultados de la investigación denominada Corporeidad, salud y enfermedad de los trabajadores del ferrocarril de Acámbaro.

Se destacó que, en la época en la que se construyó “La Fidelita”, el municipio atravesaba una etapa difícil en cuanto a salud de los ferrocarrileros. Asimismo, se señaló que todos los trabajadores estaban expuestos a numerosos accidentes por las actividades que realizaban. Se informó que existen más de 700 documentos con información referente a la salud de este gremio, de los cuales 401 reportes fueron enviados al municipio, donde actualmente se encuentran resguardados.

En 1927 se realizó una huelga de trabajadores ferrocarrileros debido a las malas condiciones laborales. Entre 1947 y 1952, los rieles de México no solo transportaron mercancías y pasajeros, sino también una creciente tensión entre los ferrocarrileros y el gobierno, marcada por huelgas, represión y una lucha constante por mejores condiciones laborales y la autonomía sindical. Este periodo representa un capítulo crucial en la historia del sindicalismo mexicano, dejando cicatrices y lecciones que aún resuenan.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, México experimentaba un crecimiento económico, pero este no se reflejaba de manera equitativa en los salarios y condiciones de vida de la clase trabajadora. Los ferrocarrileros, una de las fuerzas laborales más organizadas y estratégicas del país, comenzaron a expresar su descontento. Los salarios insuficientes, la falta de seguridad social y las pésimas condiciones laborales eran quejas constantes. Además, existía un fuerte deseo de mayor democracia interna dentro de su sindicato, el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM).

Se entregó un reconocimiento a los hijos o familiares de extrabajadores ferrocarrileros que ya fallecieron, pero que realizaron una gran labor en los ferrocarriles.