Cuerámaro, Gto.- A una semana de que se realizaran trabajos de reparación en la carretera Cuerámaro-Irapuato, a la altura de la comunidad de Ramales, automovilistas y transportistas enfrentan un serio riesgo debido a una zanja de terracería que no ha sido debidamente cubierta ni señalizada.

Las obras, llevadas a cabo por personal de una empresa constructora, consistieron en la sustitución de una tubería de drenaje pluvial que había sufrido daños desde hace al menos cuatro años. Si bien la colocación del nuevo ducto ya fue concluida, el tramo intervenido sigue presentando un pronunciado desnivel, ya que el asfalto no ha sido restituido.

El desnivel en la carretera representa un peligro latente

Testigos y vecinos de la zona han manifestado su preocupación, ya que el desnivel en la carretera representa un peligro latente para los conductores, especialmente durante la noche o en condiciones de baja visibilidad. Además, señalan que no hay señalamientos preventivos visibles que adviertan sobre la obra inconclusa, lo cual incrementa el riesgo de accidentes.

“Ya se cambió la tubería, pero dejaron la zanja abierta. Si no conoces la zona o vienes a velocidad, te puedes ir directo y volcarte”, expresó un automovilista que transita diariamente por el tramo.

La comunidad hace un llamado urgente a las autoridades competentes y a la empresa responsable para que concluyan los trabajos a la brevedad posible, nivelando y asfaltando el área afectada, así como instalando señalética adecuada mientras se resuelve la situación.

Hasta el momento, no se ha reportado un incidente grave, pero la preocupación entre los habitantes y conductores crece con el paso de los días y la falta de acción visible.