La elección desde un punto de vista muy general es una toma de decisión que la persona realiza con el fin de obtener algo en un futuro.
La elección de un producto o un servicio obedece normalmente a cuestiones relacionadas a la idea o imagen que tenemos sobre estos y se toma una decisión de manera autónoma y sin influencias, aparentemente, puesto que normalmente como seres humanos que somos de naturaleza gregaria las opiniones de terceros influyen en nosotros así como la publicidad, o nuestras propias ideas preconcebidas, así, si bien en un comercio libre nuestras autoridades no pueden discriminar un producto en razón de su origen tal y como se señala en la OMC (Organización Mundial del Comercio), nosotros como personas y consumidores si tenemos este derecho, permitiendo que nuestra elección sea más amplia.
Las elecciones de carácter político son en esencia un acto de confianza en donde se deposita en una persona la confianza y nuestra toma de decisiones para que esta persona, con nuestra confianza y el poder de decisión que le delegamos pueda crear, modificar o extinguir leyes, cuando se trata de un diputado o un senador, o ejerza cualquier poder que nosotros como personas le permitimos en un ejercicio del poder preconstituido y establecido a su vez por más leyes.
Si bien en ambos casos se llaman igual, elecciones, sus efectos en la sociedad son diametralmente opuestos ya que se parte de la idea de que un producto o un servicio solo afectan en su elección al propio consumidor, y aun así, se pueden contar con ciertos derechos que permitan corregir nuestra selección, garantías, PROFECO, juzgados civiles, etc., sin embargo, en el ámbito político, ¿Qué clase de garantías tenemos al darnos cuenta de que nuestra elección no fue tan bien razonada?
En esencia el razonamiento, la elección meditada y estudiada en nuestras elecciones son nuestra primer y prácticamente única garantía, ya que hasta ahora los mecanismos políticos que pudiesen permitir al ciudadano la corrección de su elección son lentos y muy burocratizados como lo es la revocación de mandato, la iniciativa popular o el referéndum, así, si el producto seleccionado es un reflejo de nuestra propias ideas, razonamientos y pensamiento, ya sea a nivel individual como a un nivel colectivo, una política con equilibrios en las decisiones y elecciones, son una muestra del desarrollo y evolución del pensamiento republicano y democrático de una sociedad.