Ciudad de México, México.- Las remesas enviadas desde Estados Unidos, que representan un salvavidas económico para millones de familias en América Latina, están en la mira del Partido Republicano. Con al menos dos iniciativas legislativas que contemplan gravámenes de hasta el 37 %, los republicanos buscan utilizar estos envíos como herramienta de presión contra la inmigración indocumentada.

Una de las propuestas, conocida como el ‘Gran y Hermoso Proyecto de Ley’, fue presentada esta semana en la Cámara de Representantes y contempla un impuesto del 5 % sobre todas las remesas enviadas por inmigrantes no naturalizados, incluso aquellos con visas, residencia permanente o protección migratoria. Solo los ciudadanos estadounidenses quedarían exentos del cobro.
La segunda propuesta, llamada ‘Ley de Inversión en Seguridad Fronteriza’, pretende aplicar un gravamen del 37 % a las transferencias de dinero enviadas a los cinco países con más entradas ilegales a EE. UU., entre ellos México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Activistas advierten crisis migratoria y económica

Organizaciones proinmigrantes han reaccionado con preocupación. Juan José Gutiérrez, director de la Coalición de los Derechos Plenos para los Inmigrantes, afirmó que estas medidas serían contraproducentes y profundizarían las causas de la migración.
“En lugar de mejorar el panorama de la inmigración, estas propuestas lo van a empeorar. Si las familias ya no reciben dinero suficiente para subsistir, se verán obligadas a migrar”, aseguró en entrevista con EFE.
Por su parte, Teresa Tejada, directora de la Asociación de Salvadoreños de Los Ángeles (ASOSAL), calificó las propuestas como una “catástrofe” en ciernes para Centroamérica, al recordar que las remesas representan entre el 20 y el 30 % del PIB de países como Honduras, El Salvador y Guatemala.
“Los envíos que hacen los inmigrantes no son para los gobiernos, son para las familias que necesitan esa ayuda. No depende de quién esté en el poder”, señaló.
Respaldadas por Trump y con fines recaudatorios
Ambas iniciativas forman parte de la línea dura migratoria impulsada por el expresidente Donald Trump, quien ha hecho del combate a la inmigración irregular una prioridad de campaña. El objetivo declarado del impuesto del 5 % es financiar exenciones fiscales y reforzar la seguridad fronteriza.

Desde su primer mandato, Trump ha promovido el cobro de impuestos a las remesas como forma de contener la migración y presionar a gobiernos extranjeros. Aunque ninguna de las dos propuestas cuenta aún con los votos necesarios, activistas temen que una versión modificada pueda ganar apoyo bipartidista.
“La aprobación de un pequeño impuesto así sea de solo el 5 % abre la puerta para que más adelante este gravamen suba aún más”, alertó Gutiérrez.
Reacciones en México y Cuba
El descontento por estas iniciativas cruzó fronteras. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó la propuesta como una “injusticia”, señalando que los inmigrantes ya contribuyen con impuestos en EE. UU., independientemente de su estatus migratorio.
“Todos los mexicanos que viven en Estados Unidos pagan impuestos, tengan documentos o no (…) ¿Cómo van a gravar si ya están pagando?”, declaró la mandataria.
En paralelo, el congresista republicano Carlos Giménez, de Florida, propuso eliminar por completo las remesas a Cuba como medida punitiva contra el régimen cubano. La medida también ha sido rechazada por organizaciones civiles, que insisten en que las remesas son un acto humanitario y no político.