Ciudad de México, México.– En las últimas semanas, el peso mexicano ha estado en el centro de atención de los mercados financieros globales, al mostrar movimientos inesperados frente al dólar estadounidense.

Es obvio que la incertidumbre comercial y tensiones geopolíticas está presente porque la divisa mexicana ha probado nuevamente el umbral psicológico de los 20 pesos por dólar. Es algo que nos pone optimistas, pero a muchos analistas e inversionistas no deja de preocuparles.

México esquiva aranceles y el peso se fortalece

La reciente apreciación del peso mexicano ha sido la decisión del gobierno de Estados Unidos de eximir temporalmente a México de una nueva ronda de aranceles comerciales.

Llegó el día 3 de abril de 2025 cuando Trump anunció que no impondría los gravámenes recientes a México (estos se han impuesto a socios comerciales considerados “desleales”). Las reformas en el acuerdo USMCA y los esfuerzos diplomáticos fueron clave aquí.

Esta noticia provocó un fuerte impulso en los mercados financieros. El peso ganó un 2.5% frente al dólar, situándose en 19.9434 por unidad, según datos recopilados por FX Leaders.

Esta recuperación ha sido un antes y un después en una tendencia bajista característica al tipo de cambio en semanas previas (oscilando cerca de los 20.30 y 20.50 pesos por dólar).

La exención se ha recibido como resultado de un buen ejercicio diplomático, así como un signo de que la economía nacional podría sortear los desafíos externos en lo que queda de año.

Volatilidad por tensiones globales: ¿repunte o amenaza?

A pesar del alivio momentáneo, la situación sigue siendo volátil.

Apenas un día después del anuncio, el peso mexicano volvió a depreciarse. Perdió un 2.61% de su valor para cerrar en 20.4650 por dólar. Esta caída respondió al incremento de las tensiones entre China y Estados Unidos, luego de que el gobierno chino impusiera aranceles del 34% sobre productos estadounidenses ante lo que se considera una guerra comercial.

Los mercados vieron una escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo al activarse tal medida. El nerviosismo global aumentó. También impactó negativamente a las monedas emergentes, incluido el peso mexicano.

La percepción de riesgo aumentó, y los inversionistas buscaron refugio en activos considerados más seguros, como el dólar estadounidense y los bonos del Tesoro.

Este tipo de episodios demuestra cuán sensible es el tipo de cambio en México ante factores exógenos. A pesar de la estabilidad macroeconómica interna, las decisiones tomadas fuera del país tienen un peso significativo en el desempeño del peso mexicano.

Los agentes económicos se ven obligados a mantener una vigilancia del entorno internacional.

Banxico y la política monetaria frente al dólar fuerte

El Banco de México está pendiente de los movimientos que vaya haciendo el peso porque está muy volátil por el momento. ¿El problema? Los efectos sobre la inflación y el poder adquisitivo.

La gobernadora Victoria Rodríguez Ceja señaló que, aunque el repunte reciente del peso ha sido bien recibido, la autoridad monetaria continuará con una postura cautelosa.

El principal objetivo de Banxico es mantener la inflación bajo control. Un tipo de cambio errático puede obstaculizar esta meta. Es por eso que habrá restricciones mientras las presiones inflacionarias persistan o el entorno externo continúe generando incertidumbre.

En este contexto, muchos inversionistas —desde institucionales hasta particulares — se han preguntado como invertir en forex de forma estratégica y responsable.

Frente a la alta volatilidad y todos los riesgos geopolíticos que hay presentes, la educación financiera es fundamental. Las decisiones que tomen los bancos centrales también han de tenerse en cuenta. Son herramientas clave para participar bien en el mercado de divisas.

Aunado a ello, se recomienda cautela y el uso de estrategias de cobertura en portafolios diversificados, en especial cuando se trata de monedas emergentes como el peso mexicano.

Perspectivas del peso: ¿fortaleza sostenible o espejismo?

Las proyecciones a corto plazo para el peso mexicano continúan divididas.

Por un lado, es posible que la exención de aranceles por parte de EE. UU. siga firme. Eso podría dar margen para una estabilización en torno a los 20 pesos por dólar.

El resultado es que Banxico tendría un poco de margen para manejar la situación sin necesidad de recurrir a alzas extra en la tasa de interés.

Pero hay analistas que son firmes: el peso aún está expuesto a múltiples riesgos.

Las elecciones en Estados Unidos, los resultados económicos de China, los conflictos geopolíticos y los precios de materias primas como el petróleo —de gran importancia para México— seguirán siendo factores determinantes.

Además, la especulación en torno a posibles medidas proteccionistas o cambios en las cadenas de suministro globales podría traducirse en salidas de capital o ajustes abruptos en los mercados emergentes.

En conclusión, aunque el peso mexicano ha mostrado una recuperación significativa frente al dólar, el panorama global continúa siendo incierto.