México.- El modelo de franquicias locales ha sido una alternativa viable para la expansión económica en distintas regiones del país. A diferencia de las franquicias multinacionales, estas iniciativas surgen a partir de realidades concretas del entorno en el que se desarrollan, respondiendo a necesidades específicas del mercado local y contribuyendo al fortalecimiento de economías regionales. Según datos recientes de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), México cuenta con aproximadamente 95,000 puntos de venta de franquicias y más de 1,500 marcas franquiciantes. Un caso representativo de este fenómeno es el de Miguel Ángel Maya Romero, un empresario con más de cuatro décadas de experiencia en diversos sectores donde ha desarrollado una presencia destacada.

Los antecedentes empresariales de Maya Romero están estrechamente ligados al giro de las tintorerías. La actividad fue iniciada en San Luis Potosí por sus padres en 1977, y desde entonces él ha estado vinculado a la evolución del negocio familiar. A una edad temprana comenzó a involucrarse en actividades comerciales, y posteriormente asumió un rol central en la gestión y expansión del negocio. Dicha experiencia dio paso a la creación de la franquicia Max, una propuesta comercial enfocada en servicios de lavandería, que más adelante fue vendida a un inversionista español. La transacción representó un punto de inflexión en la trayectoria de Miguel Ángel Maya Romero dentro del sector.

Contribución de Miguel Ángel Maya Romero al desarrollo de negocios regionales

Además de Max, el líder empresarial desarrolló otras franquicias como Jiffy Express, El Botonero y Jiffy Biocare. Estas marcas, aunque con características y en sectores diferentes, se inscriben en una misma lógica de replicabilidad y estandarización de procesos, lo cual permitió su expansión dentro del mercado regional. A través de los modelos de franquicia, se ha facilitado la incorporación de nuevos actores al ecosistema empresarial mediante estructuras operativas ya consolidadas, ofreciendo a otros emprendedores la posibilidad de integrarse con menor incertidumbre.

Las actividades lideradas por Miguel Maya Romero han derivado en la generación de más de 400 empleos directos, según lo declarado recientemente por el mismo empresario. El impacto se distribuye en diversos sectores productivos en los que participa, incluyendo servicios, gastronomía, medios de comunicación y educación. En el ámbito específico de las lavanderías, las franquicias desarrolladas han contribuido a establecer redes de consumo y operación con componentes locales, reforzando dinámicas económicas de cercanía.

El empresario mexicano considera que los modelos de negocio locales pueden generar un impacto económico comunitario equiparable al de marcas nacionales o internacionales. La visión de Miguel Ángel Maya Romero se ejemplifica en las iniciativas empresariales que ha tenido a lo largo de su trayectoria desarrollando propuestas comerciales adaptadas al contexto regional, tanto en términos operativos como de posicionamiento. Su enfoque ha logrado una expansión económica basada en el conocimiento del entorno y la replicabilidad operativa mediante franquicias. Esto ha permitido la participación de terceros, diversificando su actividad empresarial e insertando a más actores locales en el tejido económico.

En retrospectiva, a través de su recorrido, Miguel Maya Romero ayuda a ilustrar un modelo de crecimiento económico endógeno, donde el conocimiento del mercado local y la capacidad de estructurar modelos de negocio replicables son fundamentales para la expansión y la inclusión económica. Su experiencia subraya el potencial de las iniciativas empresariales arraigadas en el contexto regional para generar valor y oportunidades, demostrando que la visión local, articulada estratégicamente a través de figuras como la franquicia, puede trascender las limitaciones geográficas iniciales.