Es un ser vital, mítico, fundamental. Amoroso, ambivalente, preciso, ambiguo. Todo junto. Presencia concreta. Arquetipo del inconsciente colectivo.Sinónimo de lucidez, frescura y paciencia, lo mismo que de confusión, estrés y desesperación.
Con el tiempo su nombre va cambiando. El bebé la nombra a la mitad, ¿porque la percibe incompleta o porque para eso le da el lenguaje?: “Má”. Para el infante es “Mami”. Para el adolescente: “Madre”, “Jefa”.
El adulto hace suyos todos los nombres y los utiliza de acuerdo a la relación tejida a través de los años y en función de la circunstancia actual específica: ordinariamente: mamá; cuando hay confianza o prisa: má; cuando el hijo o ella está vulnerable: mami; enojado o solemne: madre; reverente: jefa; enfermo: mami; enferma ella: mamita; muerta: jefecita.
En vida se le ama y se le odia —incluso al mismo tiempo—. Cuando muere se le llora; se le extraña; se le idealiza.
Se le invoca en cualquier lugar, momento y con múltiples connotaciones: ¡en la m…!, me vale m…, no tienes m…, a la m…, ch… a tu m…
Las hay adolescentes, adultas, ricas, pobres, de diversos tamaños y colores; biológicas, adoptivas, sociales…
Unas gestan, paren y crían. Otras crían sin haber gestado y parido.
Unas dejan ver la luz con el parto, otras con su guía y sabiduría, también.
Desempeñan su función en condiciones favorables o desfavorables, solas o acompañadas, con las hijas o hijos propios y con los que no lo son, por ejemplo, las que trabajan en los centros de asistencia social, instituciones residenciales o internados.
Son todo terreno, lo cual no es un halago sino una injusticia.
Son humanas, por lo que, en la práctica aciertan y fallan, rompen y reparan, hieren y acarician, empujan y abrazan, nutren e intoxican, enferman y curan, miran e ignoran, ayudan y estorban, frustran y alientan, liberan y chantajean, dan leche y hiel. Cada una en distinta dimensión.
Lavan, planchan, cocinan, cuidan, educan, limpian, disciplinan, protegen, curan, aconsejan, de lunes a viernes y fin de semana. Todo por el mismo sueldo: ninguno.
Para algunas es una elección, para otras una imposición.
La sociedad las festeja un día. El Instituto Mexicano del Seguro Social las considera imagen en su logotipo, muchas empresas mano de obra barata, la mercadotecnia como ícono del hogar, el mercado como una oportunidad para la venta de electrodomésticos y artículos para el hogar.
Son el motor de la familia y de la sociedad, pero no siempre cuentan con suficientes recursos para tal labor: a la mayoría se les exige efectividad y eficiencia a cambio de nulo o micro reconocimiento; se les responsabiliza y culpabiliza en exceso para ocultar la irresponsabilidad paterna y del Estado.
En el corazón de cada ser humano existe una madre: hada, bruja, santa, vampira, guerrera, fantasma…
El bebé mama de la mama de mamá, y en ese acto la hace suya. El huérfano la busca, y si no la encuentra, la construye en su mente; el adoptivo se humaniza en su mirada; el maltratado la idealiza para no odiarla; el bientratado la honra y goza la relación construida.
Para el niño es el todo y la nada, la Verdad, principio y fin, fuente del saber, alguien omnipotente y omnisapiente: tiene los atributos de diosa.
Algunos la aman porque la necesitan, otros la necesitan porque la aman.
Con ellas la vida es compleja pero posible. Sin ellas es compleja y oscura.
Yo tuve una madre suficientemente buena. Ya murió, pero mientras la recuerde (y me la recuerden) vivirá.
Este 10 de mayo y diario, un abrazo a toda madre.