Guanajuato, Gto.- La Alhóndiga de Granaditas es uno de los recintos históricos en Guanajuato capital que tuvo un papel fundamental en la Independencia de México. Sin embargo, también guarda una historia sanguinaria y terrorífica.

La historia de las cabezas colgadas en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato

Si usted ha visitado la ciudad de Guanajuato capital seguramente habrá conocido la Alhóndiga de Granaditas, escenario de la primera gran victoria del ejército de independencia nacional, allá por octubre de 1810.

Sin embargo, pocas personas conocen la oscura y sanguinaria historia que yace detrás de los discretos letreros colocados en las cuatro esquinas del edificio en los cuales se leen los apellidos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez.

Miguel Hidalgo, conocido como el padre de la patria, nunca llegaría a ver el final de la guerra de independencia, que culminaría hasta el año de 1821. El junto con Allende, Aldama, y Jiménez, fueron ejecutados tan sólo unos meses después de haber iniciado el movimiento.

La batalla en la Alhóndiga de Granaditas dio inicio al movimiento de independencia en el país | Especial

En marzo de 1821, a 6 meses de haber iniciado la guerra de independencia, cuando se dirigían al norte del país para reclutar más gente y comprar armas, los cuatro insurgentes fueron capturados en un pueblo llamado Acatita de Baján en el estado de Coahuila.

Posteriormente, fueron juzgados y ejecutados, pero el ajusticiamiento no acabaría ahí. El rencor por parte de las autoridades era tanto que su castigo debía ser un ejemplo de escarmiento, y una herramienta de disuasión para evitar que más personas se unieran a la causa.

Por esta razón, bajo la autoridad de un español de nombre Ángel Abella, las cabezas de los insurgentes fueron cortadas de sus cuerpos ya sin vida, y fueron depositadas en cajas con sal para posteriormente ser exhibidas durante varios meses al público.

Los insurgentes que lideraron la lucha fueron arrestados unos meses después del inicio de la guerra en Coahuila, donde fueron ejecutados. | Especial.

El recorrido de las cabezas como escarmiento a los insurgentes

La exposición comenzó en Zacatecas y continuó por Aguascalientes, Lagos de Moreno, León, Silao y finalmente llegaron a Guanajuato capital el 14 de octubre de 1811 donde fueron exhibidas bajo la horca que se encontraba situada en la Plaza Mayor, actualmente la Plaza de la Paz.

Allí permanecieron durante algunos días y el 20 de octubre de ese mismo año, se mandaron hacer cuatro jaulas de hierro para colocar las cabezas y colgarlas de las cuatro esquinas de la Alhóndiga. La brutal imagen fue apreciable durante 10 largos años.

Las cabezas de los insurgentes fueron exhibidas en un recorrido para apagar el espíritu de lucha | Héctor Almaguer

No fue sino hasta el 28 de marzo de 1821, luego de ser proclamada la Independencia de México, que Anastasio Bustamante ordenó retirar las cabezas para ser trasladadas en cajas de madera y sepultadas en el Panteón de San Sebastián.

Esa fue su ubicación por poco más de 2 años, hasta que el 19 de julio de 1823, el gobierno de México ordenó trasladar los restos y depositarlos al pie del Altar de los Reyes en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

En octubre de 1811 fueron expuestas en donde ahora está la Plaza de la Paz | Héctor Almaguer

Allí permanecieron por 103 años, hasta que en 1926 fueron trasladados a la Columna de la Independencia donde se encuentran hasta nuestros días.

Como dato curioso en el Templo de San Sebastián en Guanajuato capital, se encuentra un cenotafio en honor a los cuatro insurgentes, indicando que ahí estuvieron las cabezas durante más de 2 años.

Posteriormente fueron colocadas en jaulas y colgadas en las esquinas de la Alhóndiga, donde estuvieron 10 años | Héctor Almaguer

Últimas noticias sobre Guanajuato hasta hoy:

La cigarras regresado a los cerros de Guanajuato capital

Colectivos celebran apertura del Congreso para discutir despenalización del aborto

Notario vinculado a síndica en Guanajuato escrituró terreno en Los Mexicanos a nombre de una empresa