Ciudad de México, México.– El asentamiento fundado por SpaceX en la costa sur de Texas es ahora, oficialmente, una ciudad. Con apenas 3.9 kilómetros cuadrados y menos de 300 votantes registrados, la comunidad conocida como Starbase fue incorporada legalmente como municipio en el condado de Cameron, tras una votación que contó con el respaldo de 212 personas, en su mayoría empleados de la compañía aeroespacial de Elon Musk.

El anuncio fue celebrado por el propio Musk en su red social X, donde escribió: “¡Starbase, Texas es ahora una ciudad real!”. La petición formal para la incorporación fue presentada en diciembre de 2024 y recibió el visto bueno de las autoridades locales, lo que marca un nuevo capítulo en el ambicioso proyecto del magnate por consolidar un ecosistema propio para sus operaciones espaciales.
La ciudad será gobernada por un alcalde y dos comisionados. El primer alcalde de Starbase será Bobby Peden, actual vicepresidente de SpaceX, quien asumirá el cargo sin oposición electoral, junto con dos funcionarios más vinculados también a la empresa.
¿Qué implica ser una ciudad incorporada?
Con su nuevo estatus de ciudad tipo C en Texas, Starbase adquiere autonomía en materia de planeación urbana, recaudación fiscal e infraestructura local, bajo el marco de la Constitución estatal. Este nivel de autogobierno le permite, por ejemplo, establecer impuestos a la propiedad y gestionar servicios como la seguridad pública y la vialidad.
Sin embargo, más allá de lo técnico, la medida otorga a SpaceX un mayor control operativo sobre su entorno. Actualmente, los lanzamientos de cohetes requieren cierres viales gestionados por el condado, pero una iniciativa legislativa en curso podría transferir esa autoridad directamente a la ciudad de Starbase, lo que ha despertado inquietudes entre defensores del acceso público a las playas de Boca Chica y el parque estatal colindante.

Eddie Treviño Jr., juez del condado de Cameron, ha expresado su oposición a esta posible delegación de facultades, señalando que “no se puede privilegiar a una empresa privada sobre el interés de la comunidad”.
Transformación del territorio y preocupaciones ambientales
Desde que SpaceX comenzó a adquirir terrenos en la zona en 2012, el paisaje costero de Boca Chica ha cambiado drásticamente. Hoy, donde antes predominaba la naturaleza silvestre, se extiende un complejo espacial con plataformas de lanzamiento, instalaciones técnicas, residencias para empleados y calles con nombres inusuales, como “Memes Street”. Incluso se construyó un busto gigante de Elon Musk, que más tarde fue vandalizado.
Aunque se calcula que viven unas 500 personas en el área, muchos no participaron en la votación, lo que ha generado cuestionamientos sobre la legitimidad democrática del proceso. Asimismo, organizaciones ambientalistas y residentes han denunciado impactos negativos al ecosistema costero, contaminación lumínica y la dispersión de escombros tras las pruebas de lanzamiento.

En 2024, SpaceX fue multada por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. y por la Comisión de Calidad Ambiental de Texas con casi 150 mil dólares por el vertido inadecuado de aguas residuales. La empresa minimizó el hecho, calificándolo como un “desacuerdo por temas de papeleo”, y aseguró estar cumpliendo con las regulaciones vigentes.
Una ciudad corporativa en la era Musk
Starbase representa un nuevo modelo de ciudad corporativa, diseñado desde su origen para funcionar al servicio de una sola empresa. A diferencia de otros desarrollos de Musk, como el proyecto de sus compañías X y Boring Company en Bastrop, Texas —que no contempla viviendas para empleados—, Starbase parece concebida como un espacio integral de trabajo y residencia.
La fundación de la ciudad se inscribe en una estrategia más amplia de Elon Musk para alejar sus operaciones de California, estado al que ha criticado por su exceso de regulaciones y políticas progresistas. Con este paso, Musk afianza su influencia no solo en la industria aeroespacial, sino también en la organización del territorio y el gobierno local.