Como sociedad debemos buscar tener pueblos educados. Los niveles de violencia suelen disminuir cuando mejora la educación y las oportunidades de desarrollo. La educación es una poderosa herramienta en la lucha contra la pobreza. Al proporcionar a las personas las habilidades y conocimientos necesarios, se les abre un mundo de oportunidades que de otro modo no estarían disponibles. La educación no solo mejora las perspectivas laborales, sino que también empodera a las personas para tomar decisiones informadas sobre su salud, bienestar y participación en la sociedad. Además, la educación puede romper el ciclo de la pobreza. Los niños de familias de pobres, que logran recibir una educación de calidad tienen más probabilidades de obtener empleos bien remunerados y de mejorar su situación económica. Creando un efecto dominó positivo en las sociedades.
Los gobiernos deben poner énfasis en la educación, como una estrategia de crecimiento, desarrollo económico y progreso social. En las dos últimas décadas del siglo XX se han aplicado políticas públicas que evidencian cambios sustantivos en la manera de interpretar la educación como estrategia en el desarrollo económico, humano y social de México. En México, el gasto público en educación representa aproximadamente el 4.2% del Producto Interno Bruto (PIB). Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países que menos invierte en educación por día 2. En 2020, México destinó en promedio 763 pesos diarios menos por cada estudiante de primaria, secundaria y media superior.
En Guanajuato, la inversión en educación ha sido significativa en los últimos años. En 2023, el Gobierno del Estado anunció una inversión de 1,054 millones de pesos en infraestructura educativa para todos los niveles. Esta inversión se distribuyó de la siguiente manera:618 millones de pesos para la Educación Básica. 355 millones de pesos para la Educación Media Superior.81 millones de pesos para la Educación Superior. La aplicación de este gasto debe ser auditado, para analizar las causas de los pobres resultados y la deserción escolar en Guanajuato es un problema significativo. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), Guanajuato ocupa el tercer lugar en deserción escolar en México. Los niños de entre seis y catorce años no acuden a la escuela primaria y secundaria, lo que refleja un rezago escolar y social. Un estudio realizado en colaboración entre el Instituto de Financiamiento e Información para la Educación (EDUCAFIN) del Gobierno del Estado de Guanajuato y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, señala que el abandono escolar es un fenómeno complejo y multicausal. En México, cada año dejan sus estudios un millón 287 mil alumnos, de los cuales el 12% son de educación primaria, el 28% de secundaria y el 61% de media superior.
El compromiso del gobierno federal de consolidar una política de Estado para el financiamiento de la educación superior, e incrementar los recursos a efecto de alcanzar una inversión directa. Por ello la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, presentó un plan de fortalecimiento para la Educación Media Superior que beneficiará directamente a Guanajuato con la construcción de un nuevo plantel y la reconversión de cuatro secundarias en bachilleratos. Este programa contempla una inversión de 1,215 millones de pesos para la construcción de 18 nuevas preparatorias, la ampliación de 33 planteles existentes y la reconversión de 35 secundarias en bachilleratos en todo el país. Esto si bien se precisa que el Estado no renunciará a su responsabilidad de financiar la educación en México. Sin embargo, hay que buscar nuevas alternativas. Se requiere hacer más equitativo el actual modelo de financiamiento, al tiempo de ampliar los fondos que llegan a otros subsistemas. En las universidades estatales, de cada tres pesos de subsidio ordinario dos los aporta la federación. Se aspira a que en lo sucesivo se incremente la participación de los gobiernos de los estados en el financiamiento de la educación superior en México. Este nivel de gasto equivalió a 4.7 por ciento del gasto público total, que incluye el financiamiento federal y estatal. En México, si bien la pobreza, como en otras partes del mundo, es un desafío importante dado que se asocia con la desigualdad y la exclusión sociales de manera marcada en los grupos indígenas, se han logrado avances con respecto a las capacidades humanas de la población, como la educación, la nutrición y la salud.
Para los mexicanos, una educación pública laica, obligatoria y gratuita constituye el medio por excelencia para el mejoramiento personal, familiar y social. La sociedad confía a la escuela el fortalecimiento de valores éticos y cívicos que garantizan la convivencia armónica y la paz y la tranquilidad social. Debemos concluir que la educación requiere que revaloremos la labor de los maestros y la importancia de la participación de los padres como principales educadores dentro del hogar, la investigación científica y la docencia, el intercambio y acuerdo de transferencia de tecnología con otros países, así como un enfoque orientado al mercado laboral, para fortalecer las ingenierías en ciencias de la información, mecánicas, industriales, robótica, químicas, entre otras. Las oportunidades y retos que nos presenta el futuro inmediato no admiten simulación o retardo.