Ciudad de México, México.– En un tono sorpresivamente conciliador, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este martes que los altos aranceles impuestos a las importaciones chinas podrían reducirse “sustancialmente” en el corto plazo, mientras se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo comercial con Pekín.
“Vamos a ser muy amables, ellos también lo serán, y veremos qué sucede”, expresó Trump durante una rueda de prensa en el Despacho Oval, haciendo referencia al Gobierno chino.
El mandatario aseguró que el actual arancel del 145 por ciento que su administración ha impuesto a productos chinos “no será tan alto” en el futuro, adelantando una posible flexibilización de su postura frente a China.

El presidente fue enfático al señalar que su administración está dispuesta a negociar, pero advirtió que si Pekín no cede, él “lo pactará”, sugiriendo que Estados Unidos buscará otros caminos para lograr sus objetivos comerciales.
Las declaraciones se producen en un contexto de creciente presión dentro del propio gabinete estadounidense. Horas antes, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó de “insostenible” el actual conflicto arancelario con China, y abogó por una “desescalada” urgente en la guerra comercial que enfrenta a las dos principales economías del mundo.
“El proteccionismo prolongado es un juego de suma cero que perjudica a ambas partes. Necesitamos encontrar una vía diplomática cuanto antes”, indicó Bessent durante un foro económico en Washington.
A estas voces se sumó la del secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien también respaldó una tregua arancelaria y llamó a abandonar la línea dura promovida por el asesor presidencial Peter Navarro.
China responde con disposición al diálogo, pero exige respeto

La respuesta desde Pekín no tardó en llegar. Este miércoles, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, afirmó que China está “abierta” a dialogar con Washington, pero exigió el fin de lo que calificó como “chantajes y amenazas” por parte de la Casa Blanca.
“No queremos luchar, pero no tememos hacerlo. Si hablamos, la puerta está abierta”, señaló Guo en conferencia de prensa, enfatizando que las guerras comerciales no tienen ganadores y llamando a un diálogo basado en el respeto mutuo y el beneficio compartido.
El funcionario chino también advirtió que ejercer presión extrema mientras se afirma querer un acuerdo “no es la forma adecuada de tratar con China y no funcionará”.
Tensión creciente y señales mixtas
La tensión entre ambas potencias se ha intensificado en las últimas semanas. Actualmente, Estados Unidos aplica un 125 por ciento de aranceles a los productos chinos, además de un 20 por ciento adicional por las preocupaciones sobre el flujo de fentanilo desde China hacia territorio estadounidense.

En represalia, China mantiene un arancel del 125 por ciento a productos estadounidenses y ha impuesto restricciones estratégicas, como el veto a las entregas de aviones Boeing.
A pesar de este ambiente cargado, Trump insistió en que mantiene una “excelente relación” con su homólogo chino, Xi Jinping.
“Creo que vamos a vivir juntos muy felizmente e idealmente, trabajar juntos. Así que creo que va a funcionar muy bien”, afirmó el mandatario.
En paralelo, el presidente Xi reiteró desde Pekín que las guerras arancelarias “socavan el sistema comercial multilateral” y “dañan los derechos legítimos e intereses de todos los países”, durante una reunión con su par de Azerbaiyán, Ilham Aliyev.
Hacia una tregua comercial

Con múltiples actores del Gobierno estadounidense abogando por la desescalada y una apertura verbal desde China, los próximos días podrían ser cruciales para definir si las palabras de buena voluntad se traducen en un acuerdo concreto.
La Casa Blanca informó que “prepara el terreno” para un posible pacto con Pekín, mientras Trump reiteró su intención de cerrar acuerdos similares con otros países afectados por su política arancelaria.
Aunque aún quedan obstáculos importantes por resolver, ambas naciones parecen haber dado un primer paso hacia una salida negociada al conflicto comercial más significativo de la última década.