Ciudad de México, México.– El Vaticano confirmó este lunes 21 de abril que un ictus cerebral fue la causa del fallecimiento del papa Francisco, ocurrido a las 7:35 horas (tiempo de Roma) en su residencia de la Casa Santa Marta.

La noticia fue dada a conocer por Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, minutos antes de que iniciaran los ritos funerarios del pontífice.
De acuerdo con el parte médico oficial, el ictus —también conocido como accidente cerebrovascular— provocó que el Papa cayera en coma y derivó en un fallo cardiocirculatorio irreversible. La defunción fue verificada mediante un electrocardiograma, y se formalizó con la frase tradicional:
“Declaro que las causas de la muerte según mi ciencia y conciencia son las indicadas”.
¿Qué es un ictus cerebral?

El ictus cerebral ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se detiene, impidiendo la llegada de oxígeno y nutrientes, lo que provoca la muerte de las neuronas en cuestión de segundos.
Factores como la presión arterial alta, edad avanzada, tabaquismo, diabetes, colesterol elevado o antecedentes familiares aumentan el riesgo de padecerlo, según la Mayo Clinic.
La salud del Papa Francisco, de 88 años, ya era motivo de preocupación. En las semanas previas a su muerte, había estado internado en el hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral, que lo dejó en estado crítico antes de recibir el alta médica.
El testamento del Papa Francisco: humildad hasta el final

Apegado a sus principios de sencillez y humildad, el Papa Francisco dejó por escrito sus últimas voluntades en un testamento redactado en 2022 y hecho público hoy por el Vaticano. En el documento, pidió que su tumba sea enterrada, modesta y sin adornos, con una sola inscripción: Franciscus.
Su deseo fue ser sepultado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, uno de los santuarios marianos más antiguos de Roma. En vida, solía visitar este templo antes y después de cada viaje apostólico.
“Deseo que mi último viaje terrenal culmine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detenía a orar…”, escribió el Papa en el documento. Solicitó que su tumba se ubique en la nave lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza.
Además, indicó que los gastos relacionados con su sepultura serán cubiertos por un benefactor anónimo, y delegó la organización del entierro al cardenal Rolandas Makrickas, comisionado extraordinario de la Basílica.
Con su fallecimiento, se activa el protocolo de la Sede Vacante, durante el cual el cardenal camarlengo asumirá funciones administrativas mientras se organiza el cónclave para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica.
El Papa Francisco gobernó la Iglesia durante 12 años, un mes y 8 días, marcando una época de cercanía con los más vulnerables, reformas pastorales y una firme defensa del medio ambiente.