Guanajuato, Guanajuato.- Este Viernes Santo 18 de abril se llevó a cabo la edición número 230 de la representación de Las Tres Caídas, del Templo de la Compañía (Oratorio de San Felipe Neri) en Guanajuato capital, posiblemente la representación del Viacrucis de Cristo más antigua que se celebra en esta ciudad.

Miles de capitalinos acudieron al Templo de la Compañía para presenciar una de las celebraciones más representativas de este día en Guanajuato, cuya primera edición se realizó en el lejano año de 1795.

Miles de fieles acudieron al Templo de la Compañía para presenciar esta tradición que data de 1795 y es considerada una de las más antiguas de la ciudad (Foto: Twitter)

La representación comienza con el momento en que Jesucristo es juzgado y sentenciado por Poncio Pilato a la crucifixión, y culmina con la muerte del redentor en la cruz. En cada estación del Viacrucis se leen los evangelios y se realiza una reflexión por parte de los sacerdotes.

Los cargadores, con la imagen de Cristo en andas, realizan un recorrido en circuito al interior del templo, acompañados por una orquesta, un coro y una serie de actores que complementan la representación.

Se trata de una versión antigua del Viacrucis de la Pasión de Cristo, muy distinta de los viacrucis vivientes actuales, ya que utiliza las imágenes sagradas del templo como protagonistas.

Miles de fieles acudieron al Templo de la Compañía para presenciar esta tradición que data de 1795 y es considerada una de las más antiguas de la ciudad (Foto: Twitter)

Uno de los elementos centrales son los cargadores: figuras misteriosas e incluso imponentes, hombres fuertes y silenciosos vestidos con túnicas moradas y negras hechas de costal, con el rostro cubierto y una gruesa cuerda ceñida al cuello, imagen que simboliza humildad y penitencia. Ellos acuden a entregar sus sueños, esperanzas y cargas al creador, encomendando su destino a Dios.

Así lo relató Iván Ávalos, cargador de tercera generación de la Hermandad de Cargadores de Nuestro Padre Jesús, quienes desde hace décadas realizan esta labor:

“Es un orgullo. No todos tenemos el privilegio de poder estar aquí, mucha gente quisiera, pero pocos somos los privilegiados. Aquí venimos a entregarle sueños, aspiraciones… y pecados también. Dicen por ahí que cada año que no te confiesas o que no te has portado bien, te pesan más las andas.

Somos 50 hermanos cargadores. Hay diferentes paradas, empieza desde la primera hasta la séptima. En cada parada, que se llama ‘planta’, hay dos grupos. Invitamos a la gente a que cada año venga a esta celebración al Templo de la Compañía, y que lo hagan con mucha fe”.

Miles de fieles acudieron al Templo de la Compañía para presenciar esta tradición que data de 1795 y es considerada una de las más antiguas de la ciudad (Foto: Twitter)

Capitalinos que conocieron esta celebración desde su infancia y que hoy viven en otras partes de la ciudad o en municipios cercanos, siguen acudiendo con nostalgia a presenciar este acto de fe, recordando cómo sus padres y abuelos los llevaban a vivir esta tradición.

“Recuerdos de mi papá que me traía desde chiquilla. Es una fiesta muy hermosa, espiritual, y recuerdo a esos seres queridos que me trajeron desde pequeña.”
— Leonor Martínez

“Desde chiquilla mi mamá me traía aquí, y siempre, cada año, a sus misas. Aunque luego nada más llego a la bendición… pero aquí estoy.”