Celaya, Guanajuato.– En medio de las festividades religiosas del Barrio de San Miguel, donde se lleva a cabo una de las representaciones del Viacrucis más populares de la ciudad, un ataque armado dejó a dos personas fallecidas.

El hecho ocurrió la noche del jueves santo, cuando un hombre y una mujer fueron baleados cerca del atrio del templo, en pleno corazón de la celebración.

Un ataque armado en el Barrio de San Miguel durante las festividades de Semana Santa deja dos víctimas fatales, mientras la comunidad continúa con las actividades religiosas (Foto: Correo)

Según testigos, mientras la multitud se reunía para presenciar la tradicional representación de la Última Cena, se escucharon múltiples detonaciones de arma de fuego que desataron el caos. De inmediato, los asistentes comenzaron a dispersarse, mientras que elementos de la Policía Municipal y la Guardia Nacional llegaron al lugar para atender la emergencia.

Los primeros respondientes encontraron a las víctimas tendidas en el suelo de la calle Diego Rivera, ambos con heridas de bala en la cabeza. Los paramédicos acudieron rápidamente y brindaron los primeros auxilios a las personas afectadas, para posteriormente trasladarlas al hospital en estado grave. A pesar de los esfuerzos médicos, la mujer, identificada como Jazmín “N”, perdió la vida debido a la gravedad de las heridas.

El ataque dejó consternada a la comunidad, que, por un momento, vio interrumpida una de las celebraciones religiosas más importantes del año en Celaya.

Un ataque armado en el Barrio de San Miguel durante las festividades de Semana Santa deja dos víctimas fatales, mientras la comunidad continúa con las actividades religiosas (Foto: Correo)

En las inmediaciones, varios comerciantes que se encontraban en la plaza del barrio comenzaron a retirar sus puestos, mientras la zona era acordonada por la policía para recabar pruebas.

Este viernes, las actividades en el Barrio de San Miguel continúan con normalidad. Familias completas acudieron para ser parte de la representación del Viacrucis, mientras que el ambiente festivo es resguardado por una camioneta del Ejército, que mantiene vigilancia para garantizar la seguridad de los asistentes.