Ciudad de México, México.– En una entrevista para Grupo Fórmula, Raúl Servín, integrante del colectivo Guerreros Buscadores, compartió detalles escalofriantes sobre los hornos crematorios en Jalisco, desmintiendo las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien, citando un informe de la Fiscalía de Jalisco, aseguró que dichos hornos no existen.
Según Servín, lo que en realidad se encuentra en Jalisco son estructuras construidas específicamente para quemar cuerpos humanos, una práctica aterradora que no se asemeja a los hornos convencionales de panadería que muchos podrían imaginar.
¿Cómo eran los hornos clandestinos de Teuchitlán?
Servín detalló que, a diferencia de lo que la mayoría podría esperar, estos hornos no son estructuras industriales diseñadas para el uso comercial, sino que están adaptadas para fines mucho más oscuros.
“Esperaban encontrar unos hornos como los de panadería, pero desgraciadamente, aquí no se maneja así”, comentó, dejando claro que los métodos empleados son mucho más rudimentarios y macabros.
Según su testimonio, los hornos en Jalisco están construidos de manera improvisada, con ladrillos dispuestos en capas, donde las víctimas son quemadas tras ser asesinadas.
“Ponen una capa de tres a cinco ladrillos alrededor y es donde meten a las personas para quitarles la vida quemándolos”, explicó Servín.
Esto sugiere que las víctimas de estos actos son incineradas en condiciones brutales y sin ningún tipo de consideración hacia su dignidad.
En su seguimiento a estos hornos, Servín relató que encontraron restos humanos ya quemados sobre las superficies de las piedras dentro de los hornos.
“Tres, cuatro, cinco pedacitos. Nos da eso de que ahí podían haber quemado personas y efectivamente”, detalló, lo que confirma la naturaleza macabra de estos lugares.
La presencia de restos humanos en los hornos deja en evidencia que, al menos en algunas ocasiones, estos se utilizan para incinerar cadáveres de personas, con la clara intención de ocultar sus muertes.
La Fiscalía impide que continúen las investigaciones
El testimonio de Servín también señala un obstáculo importante en su labor de búsqueda: la intervención de la Fiscalía General de la República (FGR).
El colectivo Guerreros Buscadores había estado llevando a cabo el seguimiento de los hornos hasta que las autoridades decidieron interrumpir su presencia en la zona.
En un comunicado reciente, la FGR estableció que solo el personal autorizado por los tres niveles de Gobierno puede acceder al rancho donde se encuentran los hornos, excluyendo a los integrantes de Guerreros Buscadores.
“Nos pararon el proceso, no sé si tratan de esconder algo, porque es imposible que nos quiten ese derecho que tenemos nosotros como familiares de personas desaparecidas”, expresó Servín con evidente frustración.
La decisión de excluir al colectivo de las investigaciones ha generado sospechas sobre las verdaderas intenciones de las autoridades y sobre qué podrían estar tratando de ocultar.
La falta de respuestas de las autoridades
Hasta el sábado en que Servín ofreció su testimonio, la Fiscalía se encontraba realizando revisiones en los mismos cuadrantes del rancho sin haber podido acceder a otras áreas. La incapacidad de avanzar en la investigación ha generado aún más incertidumbre y desconfianza entre los colectivos de búsqueda y las familias de las víctimas.
El caso ha puesto a la luz la dramática realidad que enfrentan muchas personas en Jalisco y otros estados de México, donde la violencia y la impunidad parecen prevalecer. Las autoridades federales y locales continúan siendo señaladas por su ineficiencia y falta de transparencia en la resolución de estos casos tan sensibles.
Finalmente, Servín también se refirió al comentario del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien descartó la posibilidad de que existiera un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, asegurando que sería “imposible” que hubiera un crematorio clandestino
. Sobre este comentario, Servín fue tajante:
“No es un buen comentario, porque por algo estaba todo el calzado y las vestimentas saliendo a la luz”.
La presencia de ropa y objetos personales en la zona sugiere que las personas desaparecidas fueron privadas de su libertad y posteriormente ejecutadas, lo que desmiente la afirmación de Fernández Noroña.
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