Guanajuato, Gto. La Mina de Rayas, además de ser un patrimonio arquitectónico imponente de la ciudad de Guanajuato, es un lugar donde convergen la leyenda y la historia del origen minero de esta ciudad.

Con su enorme cortina que se eleva más de una veintena de metros sobre el suelo escarpado de la región, asemejando una fortaleza europea pensada para defender la ciudad del enemigo, esta mina, que aún es explotada hoy en día, se ha convertido en un titán silencioso e imponente, que observa desde el horizonte el paso de los siglos por esta ciudad.

La Mina de Rayas es un lugar donde el mito y la realidad se fusionan. Aunque la construcción que vemos hoy en día data del siglo XVIII, la leyenda cuenta que cerca del año 1550 un arriero de nombre Juan de Rayas descubrió en esta zona, a flor de tierra, la famosa Veta Madre, fundando la primera mina de Guanajuato.

 
La Mina de Rayas, desde su fundación en 1550, ha sido testigo de la historia minera de Guanajuato. Hoy, es un mirador turístico con una rica exposición. 

No obstante, los registros históricos indican que la primera mina descubierta en Guanajuato se encontró en las inmediaciones de Mineral de la Luz en 1548, en lo que se llamaría el Socavón de San Bernabé. Lamentablemente, debido a la escasez de registros históricos de la época, es difícil saber con certeza la historia de las distintas minas de la ciudad de Guanajuato. Sin embargo, en los alrededores de la Mina de Rayas actual hay varios cascos antiguos que bien podrían ser los restos de la mina original de los años 1500.

Lo que sí se sabe con seguridad es que la Mina de Rayas se convirtió en el siglo XVIII en una de las más importantes de Guanajuato, y tuvo durante mucho tiempo el título de la mina más profunda del mundo, con un tiro que se adentraba en la tierra a una profundidad de más de 400 metros.

 
 

En la parte de atrás de las ruinas de la mina, bajando por la panorámica hacia la Mina de San Vicente, se encuentran los restos del templo de San Juan de Rayas, que data del siglo XVII, y que fue redescubierto durante la construcción de la Carretera Panorámica, en los años 60. Su fachada fue rescatada y hoy se encuentra adornando el Templo de Pardo, en el centro histórico de la ciudad.

Hoy en día, las ruinas de la Mina de Rayas han sido convertidas en un mirador, desde el cual se puede apreciar gran parte de la ciudad. Aunque el espacio pertenece a la minera canadiense Guanajuato Silver, está abierto al público sin ningún costo.

En ella se pueden apreciar los patios de molienda del mineral, donde gigantescas ruedas de piedra eran movidas por animales de carga para pulverizar las rocas que contenían el mineral. También se puede ver parte de lo que serían las galeras, donde las mujeres, conocidas como galereñas, separaban el mineral de la piedra a mano.

A modo de exposición museográfica, en la zona del mirador se encuentran diversas herramientas y maquinarias con las que, a lo largo de los siglos, se ha llevado a cabo la minería, mostrando cómo ha sido la evolución del proceso minero, desde los elementos más rudimentarios, como las enormes ruedas de piedra que funcionaban a fuerza de animales de carga, hasta las maquinarias modernas que funcionan a base de electricidad y combustibles.

Un lugar que todo visitante de esta ciudad no puede dejar pasar. 

 

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