San Miguel Allende, Gto.- El fin de semana previo al inicio de la cuaresma, el jardín principal de San Miguel de Allende se transforma en un escenario lleno de colores y alegría. Locales y visitantes, tanto niños como adultos, esperan con entusiasmo la llegada de la festividad que se celebra con cascarones llenos de confeti.

En torno al kiosco del jardín, se genera un bullicio festivo. Los participantes, armados con bolsas repletas de cascarones, disfrutan del “combate” donde el objetivo es estrellar los cascarones sobre la cabeza de cualquier transeúnte y huir rápidamente para evitar la revancha. Quienes pasean cerca del kiosco están expuestos a salir cubiertos de confeti, ya que el simple hecho de caminar por el jardín puede convertirlos en parte del juego.


A lo largo de las calles cercanas a los portales, los vendedores ofrecen bolsas de cascarones a precios accesibles, desde 10 pesos. También venden figuras artesanales hechas con cascarones, como flores de papel y payasos, que se han convertido en souvenirs populares.
Este carnaval, que alcanza su punto máximo durante el fin de semana previo al Miércoles de Ceniza, continúa su celebración durante lunes y martes. Sin embargo, es el sábado y domingo cuando el jardín principal de San Miguel se llena de la mayor cantidad de personas, celebrando a cascaronazos el último festín antes del inicio de la cuaresma.
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