Salamanca, Guanajuato.- Mientras la represas de San José de Mendoza y El Huaricho están a punto de secarse, don Nemesio Quintana, agricultor de temporal de la comunidad Meza de los Aguirre, se aferra a su talacho-pico para limpiar su parcela llena de piedras, esperando que llueva pronto para poder sembrar su maicito y es que dice:
“urge que llueva, porque hasta los animalitos están batallando”.
De rostro fuerte, con mirada de esperanza y a sus 63 años de edad, don Nemesio asegura que ésta ha sido la sequía más severa, al grado que ya está escaseando el agua para los animales de traspatio y no hay pastura en la zona para alimentarlos en Salamanca:
“Los animales ya no toman agua a sus horas, ni cuando tienen sed, se las estamos racionando”, dijo.
No se ven las nubes, tenemos pendiente por ese lado, la tierra está seca de a tiro, el panorama es triste, “el problema también es para el ganado, tengo 2,3, chivitas y tengo que llevarles agua, porque en el cerro no hay”, asegura.
Sobre las siembras en seco que hay hecho muchos agricultores esperando que llueva, muchos sembraron el seco, pero no les está naciendo su maíz, se perdió. Admitió que muchos van por la tercer siembra en seco. Dijo que las familias del campo ya no tienen maíz para auto consumo:
“Nos hemos quedado sin maíz los ciclos pasados, por lo menos 2 y este sería el 3ero” y admitió que hasta ahora nadie les ha apoyado. En mi caso no hemos recibido ningún apoyo y creo en mi rancho nadie. Si estuviera más limpia, desempedrada sería mucho mejor, pero así se da algo, no mucho”, dijo mientras asegura que entre a pedregosa parcela de su propiedad si se da el maíz que llega sembrar.
Don Nemesio dijo que desde que nació vive en el campo al que se ha dedicado. Asegura que lleva desde que nació en el campo, es decir cerca de 63 años, no se ha ido a la ciudad puesto que toda su vida ha sido campesino.
Por ello explica que ésta ha sido la sequía que más les ha afectado, “en otros años a estas fechas ya nos había llovido. Hoy hasta para darle agua a los animalitos navegamos mucho, no toman a sus horas, les racionamos la poca que tenemos para nuestro consumo. Lo mismo pasa para el alimento, navegamos mucho, estamos comprando pastura del bajío, para de sorgo, alfalfa, para darles a los animales, pero la situación está muy complicada”, reiteró.
En el recorrido que Periódico Correo dio por las presas de San José de Mendoza y El Huaricho a donde llevar a abrevar a los animales del establo como, reses, cabras y borregas, se puede observar que el espacio de agua cada día se reduce más y la profundidad se acorta lo que preocupa a los habitantes de la zona.
“Al rato solo quedará fango y de ahí ya no podrán tomar los animales, la esperanza es que llueva ya, que le llegue algo de agua a estas represas porque nos urge el agua”, dijo un pastor de cabras.