El pasado jueves 15 de agosto se llevó a cabo la entrega de constancia de mayoría, como la primer mujer presidenta en la historia de nuestro país, a la triunfadora de la contienda electoral por la primera magistratura del país, presidenta electa Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
El acto, por demás histórico tanto por la relevancia que significa ser la primer mujer presidenta del país (y de América del Norte), después de 200 años y 65 administraciones en las que todos sus titulares fueron hombres, desde Guadalupe Victoria hasta la administración actual, como por haber contado con el nivel de votación más grande en la historia electoral reciente con 35 millones 923,669 votos, correspondientes al 59.75 por ciento de la votación, cinco millones más de los que obtuviera el presidente Andrés Manuel López Obrador, hasta hace poco el presidente más votado, frente a Xóchitl Gálvez Ruíz con el 27.45%, es decir, 16 millones 502,458 de votos, obteniendo con ello una ventaja porcentual de 32.31 por ciento que se tradujo en 19 millones 421,511 votos, y Jorge Álvarez Máynez, quien consiguiera el 10.32% con 6 millones 204,51.
En sesión solemne llevada a cabo en la sala del pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Magistrada presidenta, Mónica Aralí Soto Fregoso destacó el hecho histórico en que la democracia en México “le quita el velo al patriarcado” entregando formalmente la quinta constancia que la Sala Superior realiza, dándose cita en el lugar invitados y funcionarios que la acompañarán en su ejercicio de gobierno, entre los que destacaron el próximo secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, el próximo coordinador de MORENA en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, el próximo jefe de la Oficina de la presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, la próxima jefa de gobierno de la CDMX, Clara Brugada, el próximo coordinador de política y gobierno en la presidencia, Arturo Zaldívar, la actual secretaria de seguridad y futura secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez, el actual dirigente de MORENA y próximo secretario de Educación, Mario Delgado, el senador Manuel Velasco, el antiguo secretario de Gobernación y futuro senador Adán Augusto López, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alberto Pérez Dayán, entre otros.
Después de este acto, la presidenta electa se trasladó al Teatro Metropólitan, ubicado en el centro histórico capitalino, en donde festejó, junto a familiares, amigos, simpatizantes y plana mayor de MORENA, gobernadores, senadores, diputados y miembros de su equipo para el gobierno que encabezará, a partir del primero de octubre cuando la luchadora social y catedrática, Efigenia Martínez, le coloque la banda presidencial, pronunciando un discurso en el cual resaltó lo que serán diversos ejes dentro de su gobierno como el fortalecimiento de la Guardia Nacional y las funciones de inteligencia, convocar a un Congreso Nacional de MORENA en septiembre en donde se modifiquen sus estatutos, la continuidad con los programas de bienestar, adultos mayores, becas para estudiantes, becas para comida, apoyo a mujeres de 60 a 64 años, beca universal para niños de educación básica, servicios de salud casa por casa, construcción de preparatorias y universidades en todo el país, la construcción de un millón de viviendas y la línea del tren interoceánico de Tabasco y Chiapas, consolidar el Tren Maya para que también sea de carga, la aprobación de las reformas constitucionales, en particular la relativa al poder judicial, y la importancia de referirse a su cargo como presidenta con A, reivindicando con ello el papel de las mujeres en la vida política, histórica y social del país.
Sin duda, la conformación del gabinete (legal y ampliado) de la Dra. Sheinbaum, en el que se ha preocupado por invitar a un grupo importante e interesante de expertos técnicos y académicos, así como el tono de su discurso, el cual, a pesar de considerar su próximo gobierno como el segundo piso de la cuarta transformación, muestra una diferencia con la actual administración en términos económicos, educativos, cambios que propicien la independencia de funciones institucionales, generación de acuerdos y no confrontaciones, entre muchas otras, es decir, una visión de Estado diferente en la que, aún contando con mayoría en el Congreso y una oposición disminuida y desmejorada, deberá hilar muy fino ante la figura y el significado de la misma en términos de influencia y contrapeso que pudieran mantener buena parte de los actores políticos con su antecesor.
Sin duda un evento histórico que nos ha tocado vivir y presenciar en cuanto al cambio que los acontecimientos nacionales y mundiales demandan en pro del desarrollo social y democrático que tanta faltan nos hacen así como punta de lanza como ejemplo para las futuras generaciones. Afortunados en ser testigos de ello.